Pixar bucea de nuevo en la psicología juvenil como ya hiciera con notable acierto en Del revés (Inside Out). A sus 13 años, Mai Lee tiene una relación plenamente adolescente con su madre cuando sufre una repentina e inimaginable crisis de madurez que le llevará a cambios radicales en su vida. Conviene no contar mucho más porque a esta ingeniosa historia hay que dejarla expresarse por sí misma.

La directora y guionista es Domee Shi, la primera mujer que asume esa tarea en una película de Pixar, y lo hace dejando el nivel muy alto. Ya antes había ganado un Oscar en 2018 por el cortometraje Bao, que se proyectaba en los cines antes de Los Increíbles 2. El tono alocado de Red podría haberse acercado demasiado al cine de animación de Dreamworks, pero la cineasta ha sabido medir el humor y el drama para construir una película para todo tipo de públicos al más puro estilo de Pixar.

La música del compositor sueco de moda (Ludwig Görannsson: Black Panther, The Mandalorian) se combina a la perfección con la original fusión de las culturas china y canadiense, que hacen que la galería de adolescentes en estado de efervescencia esté brillantemente enmarcada. La película tiene un ritmo muy ágil gracias a innumerables piruetas creativas que llevan al espectador por caminos imprevisibles y reflexiones audaces sobre la madurez, la familia o la amistad, que la convierten en una de las producciones de animación más divertidas, originales y sugerentes de los últimos años. Red es un ejemplo claro de cómo se puede arriesgar en la trama y el diseño de personajes, siempre y cuando haya un código de lectura coherente y algo interesante que contar.