Luciano es un buen hombre que vive en Nápoles con su mujer, sus tres hijos y un montón de folclóricos parientes. Tiene una pescadería con la que se gana la vida y obtiene un dinerillo extra vendiendo termomix. Además, alegra las fiestas de sus amigos haciendo de showman. La vida de Luciano dará un vuelco el día que se presente al casting de Gran Hermano y se obsesione con la idea de que su participación en el concurso hará que cambie el rumbo de su existencia.

 

 

 

 

 

Director: Matteo Garrone

Intérpretes: Aniello Arena, Loredana Simioli, Nando Paone, Raffaele Ferrante

Guión: Matteo Garrone, Maurizio Braucci, Ugo Chiti y Massimo Gaudioso.

Duración: 115 min

Género: Comedia | Drama

Estreno DVD: 09/04/2013

Público: Jóvenes – Adultos

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 2

Acción: 0

Amor: 4

Violencia: 0

Sexo: 1

Crítica:

El italiano Matteo Garrone, que se consolidó como director con Gomorra, la adaptación de la novela de Roberto Saviano sobre la mafia napolitana, consiguió el premio del Jurado en el pasado festival de Cannes con esta certera y cínica visión de la influencia de la televisión en los individuos.

La idea que desarrolla Garrone es tan dolorosa como lúcida, y el proceso que relata –la descomposición de una persona buena por un motivo tan absurdo– pone la piel de gallina. Hay momentos –como las escenas en las que Luciano mira embelesado una pantalla que lo único que refleja es la estupidez del ser humano– que son una auténtica bomba de relojería. El problema es que el cineasta italiano nunca remata la tarea de hacer estallar esta idea-bomba. Y al final queda una sensación de haber asistido a una tesis interesantísima pero alargada, estirada, poco concluida. Una crítica perfectamente interpretada y sabiamente ambientada. Un diagnóstico feroz sin una salida posible. Como señalaba un crítico, una película en la que la telebasura da más miedo que la mafia.

En el capítulo de intrigas e interrogaciones, a quien firma estas líneas se le planteó una: las constantes referencias a los ritos católicos son todo menos inocentes. Supongo que Garrone quiere denunciar que la telebasura puede convertirse en una religión, pero el modo de establecer el paralelismo no deja de ser simplista y demagógico.

 


Fuente: www.aceprensa.com