Comedia y nostalgia en esta serie que recoge lo mejor de una década para amenizar las aventuras de una familia singular y entrañable.
Por: Mar Pons de Contraste
Dos cosas destacan en esta sitcom que cuenta con seis temporadas y un prometido spin-off ambientado en la década de los 90. Por un lado, la importante baza que juega la nostalgia de una época pasada. Una época que empezaba a disfrutar de los beneficios de la tecnología, exuberante en su moda, prolífica en su música y que ofreció grandes clásicos a la pequeña pantalla. Una época de la que también se deja entrever cierto positivismo y una clara apuesta por valores trascendentes como la familia, el ingenio, la autoestima y el apoyo mutuo.
Por otro lado, también destaca la presentación de un núcleo familiar indestructible en el que, con aciertos y errores, la comprensión, la paciencia y el amor acaban por ser los ingredientes fundamentales para superar cualquier crisis. En tono de humor y con un estilo absolutamente “made in Usa”, se narran conflictos irreales que solo pretenden ser el vehículo para mostrar las aspiraciones, las emociones y los retos de unos personajes medio ficticios medio auténticos.
Lo que es cierto es que Los Goldberg consiguen que echemos de menos algunas cosas importantes que se quedaron por el camino, que valoremos a las personas que nos rodean y que pasemos un rato entretenido frente al televisor. Eso sí, el doblaje, algo subido en decibelios, no ayuda a verla en paz.