Las imágenes que acompañan a los créditos de esta serie son muy representativas. Aparecen lugares desolados, con una luz mortecina, grietas y cruces en las paredes. La vida puede llegar a ser muy dura es lo que viene a recalcar esta ficción centrada en un cura veterano que tendrá que lidiar con sucesos terribles de su comunidad. El creador de “Broken” (Jimmy McGovern) ya había retratado la vida de un sacerdote en el guion de “Priest”, dirigida por Antonia Bird en 1994. En aquella ocasión era un pastor de almas más joven atormentado por su homosexualidad y problemas de conciencia. La película era torpe y muy tendenciosa. Tuvo muy poca repercusión. Nada que ver con “Broken”; una miniserie inteligente, hábil, compleja y que ha obtenido premios importantes (BAFTA al mejor actor protagonista para Sean Bean), el elogio unánime de la crítica y la distribución internacional de esta producción televisiva.

 

 

“Broken” tiene una factura impecable. Destaca el cuidado y acierto de la planificación, las localizaciones y la música de Mathew Hall y Stephen Vedmore. En el aspecto interpretativo también hay un nivel sobresaliente. Aparte del ya mencionado Sean Bean, que está maravilloso en un personaje muy poliédrico y vulnerable, el conjunto de actores británicos de segunda fila es extraordinario. Todos aprovechan un guion de Jimmy McGovern que pulsa las teclas adecuadas con mucha inspiración. Esta miniserie aborda con profundidad aspectos esenciales de un país civilizado actual: la infelicidad como rutina, el desconcierto vital, la infidelidad, las adicciones…

 

“Broken” tiene a su favor que el retrato que ofrece del sacerdote es matizado y respetuoso. No se ridiculiza ni al representante de Cristo ni a la Iglesia Católica, algo no poco frecuente en las películas y series de la última década. Aún así en esta miniserie se repiten algunas tendencias a presentar a las personas entregadas a Dios como seres humanos traumatizados por experiencias vitales, con una vocación más centrada en la ayuda social que en la mejora espiritual personal y colectiva de la comunidad. Este modo de presentar al clero católico no es nuevo. En 2004 Paul Haggis ponía en boca del sacerdote de “Million Dollar Baby” unas palabras muy clarificadoras dirigidas al protagonista interpretado por Clint Eastwood: “Frankie, te he visto venir a misa a diario. Las únicas personas que vienen tanto son las que no son capaces de perdonarse a sí mismas”.

 

Aunque en un primer acercamiento puede parecer que esta miniserie refleja un sacerdote coherente, que celebra a misa, es célibe, reza a Dios y procura ayudar al prójimo en todo lo que pueda, el paso de los capítulos demuestra que se trata de un hombre con una fe y una vida más calvinista que católica. Es evidente su distancia con la jerarquía y el catecismo en aspectos fundamentales como la confesión o la moral sexual. Pero lo más doloroso es que ve muy poco a un hombre enamorado de Dios y ahí es dónde toda la fe se tambalea. Apenas hay esperanza, confianza en Dios Padre, la aceptación del dolor por medio de la unión con Jesús Hijo en la Cruz. Es como sí la gracia de Dios fuese algo tan invisible que nadie puede tocar en la Tierra. Es una especie de mito que día a día es derrocado por los pecados y miserias de los hombres (algo magníficamente mostrado “Seven”, la obra maestra de David Fincher).

 

En este sentido el sacerdote de “Broken” me recuerda al que interpretaba John Hurt en esa gran webserie titulada “The Confession”. En ambos casos la religión no es fuente de sanación sino un lugar de asilo más bien gélido para los desamparados de la Tierra. Precisamente John Hurt interpretaba a otro sacerdote muy distinto en “Disparando a perros”: un ejemplo inaudito de película en la que se muestra un hombre de Dios que ama al Creador y a sus criaturas, sonríe, consuela, reza y argumenta con una base doctrinal clara y acrisolada con el paso de los siglos.


Calidad del contenido: 3´5/5

Violencia: + 16

Miedo: +12

Sexo: + 16

Drogas: +12

Conductas imitables:+ 16

Lenguaje: +16


Claudio Sánchez de la Nieta

Crítico de cine y televisión de iCmedia, Aceprensa y Fila Siete. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.