El Universo Star Wars se expandió de manera imprevisible con la película El despertar de la fuerza en 2015, y con las dos temporadas de The Mandalorian, un serie convertida en la atracción más rentable de la plataforma Disney Plus. El libro de Boba Fett pretendía seguir ensanchando el campo con uno de esos personajes oscuros cuya participación en la saga era mínimo hasta ahora, pero sugerente.
Los encargados de abrir brecha con esta serie son los mismos creadores que hicieron posible The Mandalorian: el director y actor Jon Favreau (Iron Man), y el productor y guionista Dave Filoni (The Clone Wars). Pero a esta historia no solo le falta Baby Joda y el Mandaloriano, lo que escasea en todo momento es la imaginación. Ni las pocas escenas de acción, ni mucho menos el diseño de personajes resulta atractivo o novedoso en medio de una trama tediosa. Los diálogos y las coreografías de lucha son planas y previsibles, con un caos temporal de idas y venidas que solo soportaran los fans que disfruten con los guiños autoreferenciales y un diseño de producción que sigue siendo impecable.
Lo mejor de la serie llega en el quinto capítulo, cuando el aburrido Boba Fett da un paso atrás y deja el protagonismo a personajes verdaderamente carismáticos. Pero a este libro no le auguro más temporadas, sino un mutis por el foro en favor de la tercera temporada de The Mandalorian, y la esperada miniserie de Obi-Wan Kenobi protagonizada por Ewan McGregor que llegará en verano.
Firma: Claudio Sánchez