Israel del Santo es el creador de docuseries como Conquistadores: Adventum (2017) y Templarios (2014). En esas dos ficciones tenía un estilo efectista y marcadamente ácido con la Historia de España y la Iglesia católica. En El Palmar de Troya ha cambiado de formato, más sobrio y mucho más centrado en las entrevistas personales, algo que ha beneficiado mucho a la eficacia de la producción. Lo más interesante es la selección de personas que declaran sobre este fenómeno que empezó siendo religioso, y acabó siendo un esperpento nacional de difusión en los principales programas de telebasura.
El Palmar de Troya tiene una temática con mucho morbo por la popularidad que tuvo esta secta disfrazada de Cisma carismático de la Iglesia Católica. Conociendo a Israel del Santo, el acercamiento podía ser más excesivo y manipulador, teniendo en cuenta un material tan viscoso. Sin embargo, el director y guionista ha sido inteligente y ha dejado respirar a los personajes. Todos ellos hablan con orden, claridad y chispa, construyendo un relato dotado de ritmo y delirio, de patetismo y conmoción.
Hasta ahora los acercamiento periodísticos al Palmar de Troya habían sido muchos, pero muy parciales e incompletos. Esta docuserie ofrece documentación abundante e inédita, y deja que el espectador decida por sí mismo. No es poco, aunque se echa de menos una mayor profundidad en la psicología de los líderes de la secta y los que aún permanecen fieles a una institución en permanente vaivén. El miedo y la ambición no parecen suficientes como para mantener viva una sociedad tan exigente y traumática para sus creyentes, y tan beneficiosa para sus líderes.
Firma: Claudio Sánchez