Un antes y un después. El cine español lleva años conquistando nuevos géneros y formatos (thriller, Ciencia-Ficción, animación), pero a la ficción televisiva le faltaba un revulsivo para ponerse a ese nivel. La línea invisible y La Unidad son dos pasos gigantes, a la espera de Patria (la esperadísima serie que adaptará la novela de Fernando Aramburu y que distribuirá HBO España), y Antidisturbios de Rodrigo Sorogoyen (la primera producción televisiva del director de Stockholm y El reino).
El director gallego Dani de la Torre ya sorprendió con su opera prima El desconocido (2015), un thriller trepidante rodado en la ciudad de La Coruña. La Unidad cuenta con una producción espectacular, superior a todo lo que se ha hecho hasta ahora en España, tanto en imagen como en sonido. Solo hace falta ver la transformación de las localizaciones gallegas en un campo de batalla en Siria, un enclave estratégico en Nigeria o una discoteca de Toulouse. También los planos aéreos, que ya destacaron en El desconocido, llegan aquí a un grado de excelencia que hace que la serie sea impresionante e inmersiva. La Unidad tiene una factura que podría competir con cualquier superproducción norteamericana de un presupuesto mucho mayor. El plano secuencia del final del capítulo 5 ya forma parte de los grandes hallazgos visuales rodados en España.
El humanismo con el que se retrata a cada uno de los personajes: la madre del terrorista, la jefa de la Unidad que arrastra una crisis matrimonial, el político que quiere medrar desde la inutilidad, la hija pequeña que padece las ausencias de sus padres, el policía que no esconde su sensibilidad de padre y marido… La complejísima trama deja el espacio dramático necesario para desarrollar con minuciosidad y cercanía los diferentes viajes interiores. Muy pocas miniseries policíacas pueden presumir de tener un grado tan considerable de detallismo psicológico y carencia de cinismo de tropa con el que se suelen retratar a los cuerpos y fuerzas de seguridad especializados en situaciones tan extremas. Los excesos de sexo, violencia y lenguaje soez son sustituidos por diálogos inteligentes de múltiples lecturas.
El casting del reparto ha sido muy acertado, ajustando cada personaje a las posibilidades interpretativas. Nathalie Poza (Carlos, Rey Emperador, Todas las mujeres), Marián Álvarez (Morir), Fele Martínez (Gran Hotel) o Luis Zahera (Celda 211) no es ninguna sorpresa. Llevan años destacando en cine y televisión en numerosos trabajos memorables. El actor argentino Michel Noher cobra relevancia en un personaje magnético y entrañable que resulta muy cercano y verdadero.
En los aspectos técnicos la serie es magistral gracias al trabajo de fotografía de Josu Inchaustegui (Cien años de perdón), los productores Fran Araujo (Hierro, La próxima piel), Emma Lustres (Celda 211, El Niño) y Borja Pena (Quien a hierro mata) y el equipo de efectos especiales compuesto por Juan Ramón Molina (Juego de tronos) y Jaime Fortea (Mamá). Gracias a ese trabajo de equipo esta serie de Movistar y Vaca Films apunta a ser una de las favoritas del público y de los grandes premios de la televisión con escenas tan ambiciosas como las de la Guerra en Siria o la primera acción policial en varios escenarios distintos.
Firma: Claudio Sánchez