Creadores: Alfred Gough, Miles Millar                                                                                                                                                     shannara IN

País: Estados Unidos Intérpretes: Austin Butler, Poppy Drayton, Ivana Baquero, Emilia Burns, Aaron Jakubenko, John Rhys-Davies Duración: 1 temporada de 10 capítulos de 45 minutos Emisión en España: TNT Público adecuado: Jóvenes (VS) Calificación: 5/10

En un país multicolor

Alfred Gough y Miles Milar llevan 20 años haciendo series de contenido imaginativo para jóvenes (Smalville, Los ángeles de Charlie, Into the Badlands). También han colaborado en películas de ese estilo como Spiderman 2, La momia o Soy el número 4. En Las Crónicas de Shannara han formado un reparto de caras jóvenes, desconocidas y guapas que al menos no hacen el ridículo. Aparte de los maravillosos paisajes de Nueva Zelanda y la cuidada dirección artística, el principal aliciente de esta serie es que crea un mundo nuevo con reglas distintas. Y en ese lugar hay elfos, demonios, trols, gnomos, enanos y un árbol mágico, Cuatro Reinos… Lógicamente toda esta ambientación requiere de efectos especiales para que todo sea más o menos convincente, pero en este aspecto se nota más el ordenador que el ingenio. Como historia basada en ambiente celta es lógico pensar en El Señor de los Anillos como punto de comparación. Pero esta ensalada no tiene ni sabor ni ingredientes originales. Es más bien un conglomerado de las series fantásticas para adolescentes que cuentan tramas rocambolescas que no se entienden demasiado. No ayudan mucho los diálogos que definen personajes rutinarios muy poco interesantes. La ventaja es que en estas crónicas basadas en un best-seller reciente de Terry Brooks hay un cierto ritmo, no se intenta copiar a Juego de tronos en su faceta más soez y la violencia no es especialmente desagradable. Dudo que los más pequeños entiendan la historia y los muy mayores no creo que hagan el más mínimo esfuerzo en comprender un mundo tan colorido. Pero al público juvenil le pueden enganchar algunos de sus tramas sentimentales acompañadas de música pegadiza.

Claudio Sánchez