País: Estados UnidosGDocto2

Creadores: David Shore y Daniel Dae Kim Intérpretes: Freddie Higmore, Nicholas Gonzalez, Beau Garrett, Antonia Tomas, Richard Schiff Duración: 1 temporada de 13 episodios de 45 minutos Emisión en España: AXN España Público adecuado: +16 años (SD) Calificación: 6´5/10  

Freddie Highmore: saber crecer

Freddie Higmore (Londres, 1992), uno de los pocos niños prodigio del cine y la televisión que ha sabido madurar en los últimos tiempos. Siendo un adolescente ya mostró su capacidad en Descubriendo Nunca Jamás (2004)  y Charly y la fábrica de chocolate (2005). Pero el paso fundamental de madurez lo dio en la sensacional serie Motel Bates (2013-2017), 5 temporadas y casi 100 capítulos para hacer un despliegue interpretativo mostrando el deterioro psiquiátrico de Norman Bates junto a una magistral Vera Farmiga. En The Good Doctor, este actor veinteañero es protagonista y productor de la serie, algo que demuestra el prestigio que ha logrado en muy poco tiempo. Su personaje padece un autismo combinado con el denominado Síndrome de Sabio. El oficio de David Shore El creador de la serie es David Shore (Londres, 1959), una de las figuras más importantes de la televisión en los años 90 con series como Ley y orden y en la primera década del siglo XXI con House, uno de los pilares esenciales de la ficción para la pequeña pantalla. Aunque la historia original de The Good Doctor está basada en una miniserie homónima coreana de 20 capítulos emitida en 2013, ésta nueva ficción norteamericana tiene bastante que ver con  House porque el protagonista es un medico genial e imprevisible, con grandes dificultades en el trato personal con los pacientes. Un gran mérito de la serie es que consigue hacer asequible al público medio los complejos problemas científicos que se proponen en un hospital. David Shore ya mostró en House que es un maestro en hacerse entender con la utilización de sobreimpresionados explicativos y un lenguaje que combina términos científicos y explicaciones sencillas. Freddie Higmore interpreta con enorme naturalidad un personaje atormentado y adorablemente torpe en la comunicación con los demás. Su mentor en el hospital también resulta muy cercano gracias al buen trabajo de Richard Schiff, uno de los secundarios más reconocibles de la televisión (El ala oeste de la Casa Blanca, The Affair, Manhattan). Sobredosis de azúcar en forma de flashbacks Con todos estos elementos a favor resulta inexplicable que un creador tan experimentado como David Shore caiga en algunos errores básicos. Estoy de acuerdo con parte de la crítica de televisión norteamericana que considera que a la serie le sobra música, decenas de flashbacks, personajes secundarios anodinos, sensiblerías toscas y diálogos simplistas. Es evidente que este tipo de ingredientes pueden dar audiencia (de hecho The Good Doctor es la serie más vista en Estados Unidos en estos momentos), pero hacen perder credibilidad y recorrido a los personajes. Aunque no se llega a un nivel tan bajo y efectista como Anatomía de Grey, The Good Doctor está lejos de las primeras temporadas de House o de esa magnífica serie catalana de hospital titulada Pulseras rojas. O, por poner un ejemplo más reciente de dramedia con un uso prodigioso de flashbacks y banda sonora, This is us es una serie que emociona y hace pensar al espectador con mucho más talento.

Claudio Sánchez