La Comisión de Investigación sobre el atentado del 11 de septiembre merecía una buena serie. Era necesario y urgente contar de manera divulgativa cómo se habían preparado los ataques, y cuáles fueron las medidas de seguridad que fallaron en el país con más vigilancia del mundo junto con Israel. Basada en The Looming Tower, la novela de Lawrence Wright ganadora de un Pulitzer en 2007, esta miniserie norteamericana llegó en un momento de saturación de producciones sobre el terrorismo islámico tanto en cine como en televisión. Algunas más que notables como la serie Homeland de (que empezó en 2011 y ya alcanza la 8ª temporada), o las películas United 93 de Peter Greengrass (2006) y La noche más oscura de Kathyn Bigelow (2012). También hubo otras propuestas muy fallidas y sentimentales como Work Trade Center de Oliver Stone (2006) o Mi nombre es Kahn de Karan Johar (2010).
The Looming Tower cuenta con muchas ventajas sobre el resto de ficciones sobre el 11S. Tiene tiempo para desarrollar la historia en una serie de casi 10 horas, presupuesto y un reparto excelente compuesto por actores conocidos como Jeff Daniels, Alec Baldwin o Peter Sarsgaard, y otros intérpretes de segunda línea que hacen un trabajo perfecto: Wrenn Schmidt (Outcast), Tahar Brahim (El profeta), Bill Camp (Joker) o Ali Suliman (Jack Ryan).
Esta miniserie ha sido creada por el también actor, director y guionista Dan Futterman (En terapia, Gracepoint), junto con uno de los mejores documentalistas actuales: Alex Gibney, ganador de un Óscar por Táxi al lado óscuro y director de títulos tan prestigiosos como Enron, los tipos que estafaron a América (2005), La mentira de Lance Armstrong (2013) o Going Clear: Scientology and the Prison of Belief (2015), también basado en un libro de Lawrence Wright.
The Looming Tower es una miniserie inteligente y muy bien documentada, con diálogos brillantes y varias decenas de personajes con entidad dramática. Esta miniserie hace grandes esfuerzos por no convertirse en una producción islamofóbica y cuida especialmente los retratos de los terroristas y también de los árabes que colaboran con Estados Unidos. Para esta función es vital el personaje de Ali Soufan, interpretado por Tahar Brahim. Este agente del FBI nacido en Líbano en 1971 y emigrado a Estados Unidos es un personaje real que merecería una serie para él solo, pero su protagonismo en The Looming Tower es incuestionable. Su amistad con John O´Neill (Jeff Daniels) es uno de los pilares de la historia que hace que la trama nunca deje de ser cercana al espectador. Gracias a estos dos personajes, esta miniserie es un ejemplo de como mostrar con respeto las creencias religiosas islámicas y católicas.
Más reprochable es la superficialidad de la serie en cuanto a las relaciones afectivas que habitualmente caen en el erotismo artificial e impulsivo. Sin llegar al nivel cercano a la pornografía de Homeland, queda evidenciado la necesidad de rellenar con estos contenidos varios episodios. Y este es el principal defecto de la serie, que se ralentiza en muchos momentos. Es una de estas series que podría hacerse mucho más interesante explotando varias vetas que apenas se mencionan, o reduciendo el metraje de cada capítulo y el número de episodios de la temporada.
Aún así esta ficción es más que notable por su interés y calidad al tratar el momento histórico más importante del siglo XXI.
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