En 2020, el prolífico Ryan Murphy estrena 7 series como director, guionista o productor. Este dato resume la energía creativa y liderazgo en la televisión de este norteamericano de 54 años. The politician es un obra intermedia entre sus mejores ficciones (Feud: Bette and Joan y American Crime Story) y sus trabajos más histriónicos (American Horror History) o irregulares (Glee).

Ryan Murphy cuenta con sus inseparables guionistas Ian Brennan y Brad Falchuck para construir una serie que tiene unos créditos que merecen la pena detenerse en ellos. Son una manera espléndida de mostrar como se fabrica un político desde la apariencia y el vacío, pasando por la superficialidad, la simpleza y su capacidad para adaptarse a cualquier ambiente o adversidad. La serie es tan ácida en sus diálogos, que logra momentos muy ingeniosos con una ironía muy terminal, pero que finalmente deja muy indiferente al espectador. Al ser todo de plástico y tan extremo, es muy difícil no desconectar de un circo en el que apenas hay atisbos de humanidad.

El reparto es estupendo, empezando por Ben Platt (Dando la nota), que interpreta al protagonista; un ambicioso estudiante que sueña con ser presidente de Estados Unidos casi desde el vientre materno. Su interpretación da el matiz justo para no hacer aborrecible a este trepa narcisista. Junto a él, hay  actrices con tanto recorrido como Jessica Lange, Gwyneth Paltrow o Bette Midler, que entran en esta feria de frivolidad y poder con una enorme naturalidad.

La serie arranca de maravilla con un primer episodio  que es pura dinamita, pero la zafiedad rutinaria y la falta de evolución de personajes van conduciendo a la ficción hacia la previsibilidad.

The politician tendrá una segunda temporada, perfectamente preparada por el final de la primera.

  Firma: Claudio Sánchez