ESTRENO EN CINES EL 23/07/2010

Dirección: Lee Unkrich

Guión: Michael Arndt, John Lasseter, Andrew Stanton, Lee Unkrich

Duración: 103 min.

Público apropiado: Todos

Género: Animación, Aventuras

Por decine21

toystory3CAndy, el dueño de Woody, Buzz Lightyear y el resto de entrañables juguetes, está a punto de marchar de casa e irse a la universidad. La inquietud resulta palpable, pues su destino, siendo Andy todo un mozarrón, es incierto, podría acabar en el desván, en el mejor de los escenarios, o simplemente, en el cubo de la basura. Pero no, tras diversos avatares acaban donados a una guardería, que de entrada promete ser una especie de paraíso, donde nunca faltan los niños; y no importa que crezcan, pues enseguida viene el reemplazo. No sospechan que entre los juguetes del lugar, que les acogen con los brazos abiertos, se oculta un siniestro y traumatizado personaje, que gobierna la guardería con mano de hierro, decidiendo el destino de unos y otros juguetes. Aquello es una especie de prisión, de la que el grupo tratará de escapar.

Pixar, nuevamente, supera el infinito yendo más allá, con una película que nada debe envidiar a sus predecesoras jugueteras, Toy Story y Toy Story 2. A creadores habituales de la casa, John Lasseter, Andrew Stanton y Lee Unkrich, se suma a la escritura del guión Michael Arndt (Pequeña Miss Sunshine), y el resultado es, sencillamente, brillante, ahonda con enorme inteligencia en el universo de la saga, sin nunca traicionar su espíritu, sacando punta a las muchas posibilidades temáticas y narrativas. Es cine para chavales, sí, pero es también cine para mayores, pocas películas que se autodenominan «de adultos» abordan con más fuerzas temas como el sentido de la vida (¿para qué están los juguetes en el mundo?), el paso del tiempo, el acceso a la mayoría de edad, la conciencia de pertenecer a una familia, los traumas que marcan, las inevitables despedidas. Todo ello sin hacer ascos a la acción y al humor, bien abundantes, resulta tronchante el señor Patata, o los golpes con Barbie y Ken, modélicos a la hora de moverse en el guiño al adulto, con buen gusto.

Técnicamente, la perfección es desbordante. Se respeta la sencillez con que están diseñados los juguetes originales, pero a la vez se da idea de las maravillas animadas que pueden acometerse en la secuencia de apertura, una vertiginosa «montaña rusa» que retrotrae al prólogo de Indiana Jones y la última cruzada, muy sugerente en mostrar las increíbles aventuras que puede trazar la mente infantil. O en los pasajes de la guardería, con numerosos nuevos juguetes y niños de todas las razas y colores. También es asombroso todo lo que nos ofrece en el clímax del vertedero, paradigma del secreto de Pixar, pues a un guión inteligente, con ingeniosos giros narrativos, bromas, tensión, emoción, plasmación de los sentimientos que embargan a los juguetes, se suma el detalle animado, la planificación, los encuadres. Así hasta el final, final, ante el que hace falta tener un corazón de piedra para no derramar alguna que otra lagrimita.