Cuando tus hijos son pequeños importa ayudarles a crear hábitos positivos; cuando se van haciendo mayores, a ser conscientes de lo que están eligiendo hacer (qué, para qué, cuánto tiempo); y cuando llegan a la adolescencia a ir tomando decisiones y asumiendo sus consecuencias.

Estas son algunas ideas prácticas de las cosas que podemos hacer para acompañarles en casa, en el uso de pantallas:

 

1. Normas de uso

  • Establece normas sobre el uso de la tecnología en casa que impliquen a todos, pequeños y mayores.
  • Siéntate con tus hijos para decidir esas normas y sé consciente de la importancia de cumplirlas y, al mismo tiempo, de ir adaptándolas conforme pasa el tiempo.
  • Las normas pueden tener que ver con tiempo, pero también con tipos de contenido, momentos del día, lugares de la casa, días de la semana, edades, tipos de dispositivos…
  • Con los niños más pequeños, si además las reflejáis con un dibujo o cartel que esté visible, será más fácil para todos tener esas normas en mente y cumplirlas.

 

2. Gestión de dispositivos

  • Es importante que los dispositivos conectados a Internet estén en zonas comunes, para que los niños no asocien pantallas a ‘estar solos en su habitación’.
  • Y también es recomendable que, cuando los niños son pequeños, cada dispositivo tenga su código de acceso solo conocido por los adultos. Si tus hijos utilizan un ordenador común recuerda que es posible crear diferentes cuentas de usuario, cada una con su clave.

 

3. Juguetes, juegos y apps

  • Si compras juguetes que pueden conectarse a Internet o cuyo uso está asociado a una app, pregunta en la tienda antes de adquirirlos y presta atención a la configuración del propio juguete y de la aplicación.
  • Antes de descargar una app para que tus hijos jueguen o aprendan mientras utilizan dispositivos, infórmate en webs especializadas (por ejemplo, Generación Apps , especialista en apps infantiles).

– Una vez descargada: configura la privacidad de la App en ajustes del dispositivo y, cada cierto tiempo, haz limpieza y elimina las que no se utilicen.

– Y recuerda: el hecho de que las apps sean gratuitas no significa que no conlleven algún tipo de coste.

  • Intenta que la actividad de tus hijos con pantallas tenga que ver con sus aficiones en el mundo analógico. Así asociarán esas pantallas a sus hobbies y no tanto a una desconexión del mundo para evadirse.

 

4. Entornos adaptados

  • Existen navegadores y buscadores diseñados para niños: puedes informarte e instalarlos en los dispositivos que utilizan los más pequeños. Aunque no garantizan al 100% que nunca se encuentren con contenidos no controlados, facilitan una experiencia online más positiva.
  • Además la mayoría de las plataformas que más utilizan tus hijos (YouTube, Netflix…) te ofrecen la posibilidad de adaptarte a las edades de los niños. YouTube tiene su versión Kids y en Netflix puedes crear perfiles de usuario, en los que los contenidos que se sugieran estén acotados en función de la edad.

 

5. La wi-fi de casa

La conexión a internet, que tanto interesa a tus hijos, pasa por ti. No hace falta que cambies la contraseña de la wi-fi a diario, pero hay muchas maneras de conseguir que tus hijos no den por sentando tener Internet.

A través del router y de algunas apps o dispositivos externos puedes gestionar en qué franjas de horas se conectan a la Red los distintos dispositivos de la casa; o incluso cuánto tiempo de navegación permites en función de cada hijo, cada dispositivo o tipo de actividad. Todo esto ayuda a fomentar hábitos positivos y conversaciones útiles sobre ‘tiempo de pantalla’.

 

6. Cuentas de usuario

Tanto Google (en dispositivos Android) como Apple (en dispositivos iOS) cuentan con sistemas que permiten crear cuentas familiares para la descarga de aplicaciones o las compras online. De cara a conseguir que la autonomía digital de tus hijos no sea mayor que la autonomía que les das en el mundo analógico, configura sus cuentas como de ‘menores’, de forma que los dispositivos que utilizan te envíen un mensaje cuando ellos quieran, por ejemplo, descargarse apps.

 

7. Control parental

Hay muchas opciones de control parental: software en los sistemas operativos, paquetes de software y seguridad, filtros en navegadores, apps

Si decides recurrir a alguno de ellos para limitar acceso a contenidos o reducir tiempos, aprovecha para hablar con tus hijos acerca de por qué lo haces, qué te preocupa y cómo se puede ir gestionando ese control de manera progresiva. El control parental tecnológico es mucho más útil si lo acompañas de conversación analógica.

 

8. El primer móvil

Cuando consideres que tu hijo está preparado para tener smartphone propio, ten en cuenta:

  • Qué dispositivo eliges: ¿el último modelo? o ¿uno más antiguo?;
  • Qué contrato vas a contratar en cuanto a datos móviles: ¿muchos y que le sobren? o ¿menos y que tenga que aprender a gestionarlos?;
  • Configura el móvil con una cuenta de usuario de ‘menor de edad’ asociada a la cuenta familiar;
  • Establece con tu hijo unas normas de uso que puedan ir modificándose: consecuencias si lo usa mal, consecuencias si lo usa bien;
  • Habla con él sobre qué tipo de cosas quiere hacer con el dispositivo.


9. Consolas y videojuegos

  • Antes de comprar un videojuego para tu hijo: infórmate sobre su contenido y las recomendaciones de edad (fíjate siempre en el código PEGI).
  • Y si a tus hijos les resulta difícil cumplir con el tiempo acordado, puedes crear códigos de acceso a la consola, de forma que tengan que pedirte permiso expreso para poder jugar. Y si el juego es online –como en el caso de Fortnite-, vuelve al punto 5 y gestiona la wi-fi para gestionar también el juego.

 

Con las pantallas pasa como con todo lo demás: tus hijos te necesitan para incorporar hábitos, para aprender a ser conscientes de lo que hacen, para ir tomando decisiones que, unidas a tu reacción y consejo, les ayuden a pensar.


María Zabala es especialista en familia, menores y tecnología. Su trabajo se centra en promover el concepto de ciudadanía digital y fomentar una convivencia saludable entre familia y pantallas. Es miembro del Instituto de Ciudadanía Digital (Estados Unidos). Autora del blog iWomanish, donde defiende la necesidad de ejercer una #ePaternidad positiva.