Dirección: Neil LaBute
Intérpretes: Martin Lawrence, Chris Rock, James Marsden, Tracy Morgan, Zoe Saldana, Columbus Short, Luke Wilson, Danny Glover, Keith David, Loretta Devine, Regina Hall, Kevin Hart
Guión: Dean Craig
Duración: 90 min.
Público apropiado: Jóvenes
Género: Comedia
Por decine21
El veterano director Frank Oz regresó en 2007 a su Gran Bretaña natal, tras años trabajando en Estados Unidos, para dirigir Un funeral de muerte, una comedia muy negra, pero divertida. Tres años después, el cómico Chris Rock ha producido un remake con un reparto mayoritariamente afroamericano, pensado para el público de Estados Unidos. Allí se estrenó la versión anterior, que desató excelentes críticas, pero apenas llamó la atención del público.
Rock contrató al mismo guionista, Dean Craig, que ha mantenido básicamente la mismas secuencias, con algunos cambios menores. Su principal labor ha consistido en reelaborar los diálogos -pensados para personajes muy británicos- para que suenen naturales en estadounidenses.
El propio Rock interpreta a Aaron, que tras la muerte de su padre se ha encargado de organizar el funeral, y tiene que leer el panegírico, a pesar de que todo el mundo espera que lo haga su hermano Ryan (Martin Lawrence), novelista de éxito. Pero se acumulan los despropósitos, porque los empleados de la funeraria llevan un cadáver equivocado, mientras que Elaine le ha dado a su novio Oscar lo que ella cree que es un valium, pero que resulta ser una potente droga alucinógena. Además, aparece en el lugar un enano misterioso que guarda un secreto del fallecido.
Resulta curioso que Neil Labute (En compañía de hombres), guionista, dramaturgo y cineasta que estaba considerado a finales de los 90 adalid del cine independiente, haya acabado dirigiendo remakes con Chris Rock y Martin Lawrence. El director parece haber perdido su talento, y es incapaz de manejar los resortes cómicos que en manos de Frank Oz funcionaban como piezas de relojería. Además se recrea en detalles escabrosos, ya presentes en el film original, pero que aquí resultan agotadores.
Por último, el reparto no es el más adecuado. Algunos actores, como Rock, Lawrence y especialmente Tracy Morgan (Rockefeller Plaza) se exceden en paroxismo, mientras que otros, como Danny Glover -el tío anciano y paralítico-, simplemente están mal elegidos. Se salva, eso sí, Peter Dinklage, el enano del film original que repite con el mismo personaje.
Una buena peli hay que estar preparado para reirse durante toda la peli