“Ver cine y series en familia fomenta un diálogo natural que permitirá a los padres guiar a los hijos… o viceversa”
- Fuente: Periódico Gaztelueta al día
José Francisco Zegers es guionista, productor y profesor universitario con una dilatada experiencia en docencia y gestión académica en el campo de la comunicación audiovisual.
- ¿Cómo transmitirles a los hijos o a los alumnos el gusto por las buenas historias?
Como en casi todo, compartiendo la propia experiencia. Como en gustos no hay nada escrito, habría que preguntarse primero por qué a mí me ha parecido buena esa historia, de qué forma me ha interpelado o hecho más feliz; y con la respuesta en la mano, comentarlo con los hijos o los alumnos.
- ¿Cómo se enseña a contarlas? ¿De qué fuentes considera que hay que beber?
Para enseñar a contar historias hay que estimular la curiosidad creativa. Contar cuentos hasta que aprendan a leer; con la lectura, ya se entra de lleno en el mundo de las historias. En el mundo audiovisual se recorre el mismo trayecto. Hay que considerar que toda película o serie está escrita en un guion, y sobre él descansa todo.
- ¿Cómo se han hecho las series con el podio del entretenimiento desde hace pocos años? ¿A qué cree que se debe el desbancamiento del cine?
No es una pregunta con una sola respuesta, pero aventuraré algo. Primero, con una corriente en los años 80 en las que los personajes de las series se complejizaron. Ya no eran protagonistas maniqueos (buenos vs malos), sino con grises y con un mundo interior más complicado. Después, creo que la aparición de HBO hizo que cambiaran las reglas del juego: “No es TV, es HBO”, decía su eslogan. Y tenían razón. Eran series para públicos más específicos. Y finalmente, Netflix, que disparó un mercado global de contenidos de nichos, según géneros narrativos y públicos diversos.
- Las series, ¿son hoy territorio más de jóvenes o más de adultos?
De ambos. Los jóvenes son el público objetivo principal en esta industria de Media & Entertainment, porque son los que más consumen películas, videojuegos, series… Pero son los adultos los que pagan por estos contenidos, y los consumen de modo creciente, aunque no tan compulsivo. Habrá que ver qué pasa cuando lleguen nuevas opciones de consumo de contenidos como Disney+ o la OTT de Apple.
- Como guionista, ¿cree que el entretenimiento debe ser sobre todo evasión o que puede darnos algo más profundo? ¿Venden las historias con valores?
Creo que casi siempre existe un valor ligado a toda historia. Otra cosa es que lo compartamos o no. Con todo, esto es una industria de entretenimiento; es decir, no es filantropía, el propósito de inicio es hacerse con un espacio de tu tiempo libre y ganar dinero con ello.
Dicho esto, mi opinión es que es un medio formidable para compartir con públicos diversos una historia que muestre tus valores. Y que esa historia venderá en cuanto conecte con las emociones de las personas.
- Queremos conocer más a nuestros hijos y su manera de entretenerse pero ¿se puede estar al día siempre? ¿Algún consejo para las familias?
Ver películas y series juntos, y comentarlas. Como es difícil, asegurar algún mínimo como por ejemplo ver una película semanal, quincenal o mensualmente. Que exista esa costumbre. Y si se comenta lo que ha gustado y lo que no, habrá un diálogo natural que permitirá a los padres guiar a los hijos… o viceversa.
- En un mundo con tanta competencia, acelerado y consumista, ¿cómo se logra sobrevivir profesionalmente como guionista y productor?
Como en tantas profesiones que son una vocación artística o humanista, no es sencillo. En mi caso, gracias a Dios también tengo una vocación académica que se complementa con la profesional.
- ¿No considera algo temerario empezar a estudiar Comunicación Audiovisual hoy?
No. Considero temerario estudiar o trabajar en algo que no te aporta en tu vida, que no te hace feliz.
- Ha trabajado con el director madrileño Gustavo Ron (Mía Sarah (2006), Vivir para siempre (2009), Mi panadería en Brooklyn (2016), ¿cómo se logra competir con las grandes producciones?
En principio, no compitiendo directamente con ellas porque llevas todas las de perder. Simplemente, es creer en tu proyecto y tratar de que se exhiba en las mejores condiciones posibles. Al final, son muchas variables que influyen en los resultados, y ni siquiera el dinero de promoción –que es fundamental- asegura el éxito. Por ejemplo, con My bakery in Brooklyn, tuvimos unos resultados regulares en España pero en Italia fue la que más espectadores llevó por sala en el primer fin de semana, derrotando a Los Vengadores y a Angry Birds.
- ¿Cuántos proyectos audiovisuales personales ha tenido que abandonar/desechar por el camino?
Casi todos, pero todos ellos pueden reaparecer… como todo en la vida, hay que ser optimista.