Tras dos excelentes juegos inspirados en la saga Metro, 4A Games vuelve a atreverse con los libros y adapta libremente Metro 2035. Volvemos a ser Artyom y nuestro objetivo, tras el apocalipsis nuclear que deja a Rusia en ruinas, es encontrar una nueva vida en el Este.

Metro Exodus sigue siendo un juego de acción en primera persona, que va guiando la acción por distintos capítulos y, en el caso de este tercer juego, cada capítulo de la historia puede presentar distintas mecánicas que van desde la acción pura y dura a escenas cinemáticas “presiona X para ganar” o misiones de sigilo.

También vuelve a haber minimundos abiertos relativamente grandes, en los que podremos desviarnos ligeramente de la misión principal, profundizar en la historia, recoger objetos y fabricar otros con los útiles que tengamos.

Pero si hay algo que destacar de Metro Exodus es la ambientación. 4A Games, a pesar de ser un estudio menor en comparación con otros, ha logrado unos mapas llenos de detalles (aunque muy poco interactuables), que nos hacen sentir realmente que estamos en una Rusia posapocalíptica, con unos engendros tan bien diseñados que dan miedo. Todo luce impresionante, especialmente en el manejo de la iluminación, las atmósferas y la distancia de dibujado.

Por desgracia, no todo está en la misma calidad: los modelados de los rostros de los personajes son muy mejorables, incluso con fallos de sincronía en el doblaje muy evidentes y molestos.

Metro Exodus es, en general un juego en el que destaca la atención al detalle, la original historia, la ambientación y la variedad de modos de juego. Acierta a llevar el complejo y profundo mundo de la saga de novelas a un videojuego en primera persona. Aconsejable para los amantes del género, siempre que sean mayores de edad, dados sus contenidos.