El sector vive un momento de esplendor

Directivos de productoras, responsables de televisión, expertos en educación y usuarios de los medios han analizado estos días el sector de la animación infantil en la I Jornada de Animación Infantil y Protección del Menor.

Y es que la industria española se encuentra actualmente en plena fase de desarrollo, las perspectivas son cada vez mejores y la buena promoción y apuesta por la internacionalización de los productos ha llevado a que podamos citar casos de éxito recientes como Pocoyo, Jelly Jam, Arrugas, Planet 51Las aventuras de Tadeo Jones, por poner un ejemplo, que ha facturado cerca de 20 millones de euros, cifra nada despreciable para una de las películas de animación galardonada en la última edición de los Premios Goya.

No olvidemos que la animación es el tipo de cine que llena los grandes centros comerciales y al que podemos asistir con toda la familia, de ahí que sea crucial que los productores y anunciantes tengan claro que producen para un público eminentemente infantil.

¿Y qué conlleva esto? Pues que defiendan como se refleja de una forma clara en sus  objetivos DIBOS, la Federación Española de Asociaciones de Productoras de Animación formada por las principales asociaciones del sector, la defensa de la infancia y su derecho a contenidos audiovisuales creados para ellos que garanticen su desarrollo personal y emocional.

Y en esto precisamente se incidió en dicha Jornada en la que se trabajó por la protección del menor también desde el punto de vista de laanimación en televisión ya que los productos de animación están dirigidos en mayor medida a los niños, quienes conforman el 9% de la población total de España (niños entre 3 y 12 años).

Teniendo en cuenta que éste es uno de los públicos más sensibles ante la televisión y los medios de comunicación en general, las televisiones deberían preocuparse por proporcionarles los contenidos más apropiados. Sin embargo, es de sobra sabido por los lectores que las cadenas muestran un comportamiento algo anómalo en este sentido y no siempre cumplen con la normativa establecida.

El responsable de contenidos infantiles de TVE, Yago Fandiño, alertó de que no basta con producir y emitir contenidos educativos para los menores sino que es imprescindible entretener, o de lo contrario “se te van de la pantalla”.

Hasta qué punto las series de animación y los dibujos animados, por ejemplo, tienen capacidad educadora fue puesto en tela de juicio por José María Moya, director del periódico Magisterio y asesor de CECE. Más bien, él es partidario de que se cuenten historias en las cuales lospersonajes transmitan valores de un modo natural, como cualquier persona en la vida real. Porque cuando los valores no van en la conducta, se cae en la incoherencia.

Que las productoras de animación españolas apuesten por la calidad y la profesionalidad de las compañías del sector y trabajen por no perder de vista su responsabilidad social como generadores de contenidos para los niños, y lo que esto conlleva, es de agradecer y felicitar como telespectadora.

 

Fuente: Maria Zalbidea (www.sontushijos.org)