El aumento del número de plataformas ha generado la necesidad de contenidos originales propios para diferenciarse de la competencia. Esta realidad supone que los creadores de contenidos usen cualquier idea como posibilidad para convertirse en una producción seriada.

Es por ello que, hechos históricos, libros recientes, musicales o podcasts, sirvan de inspiración para las nuevas ficciones televisivas.

Según datos de la consultora The Wit, el 17% de las series estrenadas en 2019 en todo el mundo se basan en libros. Otra tendencia al alza son los dramas basados en hechos reales. Supusieron el 7,1%.

Pero sin duda, uno de los puntos de máxima importancia son los podcasts. En 2019 se convirtieron dos de ellos en ficciones. Y en el 2020 hay 25 proyectos en marcha que parten de un programa de radio.

Un buen ejemplo es Limetown, un programa de misterio protagonizado por Jessica Biel. Este proyecto esta en Facebook, que de esta manera trata de unirse a los generadores de contenido de ficción.

Una de las series con mas visualizaciones y aclamada por la audiencia ha sido Modern Love. Esta ficción adapta ocho historias que se publicaron en una columna de The New York Times.

Netflix estrenó Creedme. Una ficción basada en una investigación real de los periodistas Ken Armstrong y T. Christian Miller que publicaron en la agencia de noticias sin ánimo de lucro ProPublica en 2015 y por la que ganaron el premio Pulitzer en 2016.

Las producciones basadas en crímenes reales son una de las tendencias de moda en los últimos tiempos, principalmente para las series documentales pero también para la ficción. Las tramas de Mindhunter, Así nos ven, Manhunt Unabomber, I’m the Night o The Act ocuparon muchas páginas en la prensa antes de dar el salto a la televisión.

También encontramos en este apartado la serie American Crime Story, en donde cada temporada recoge un acontecimiento muy mediático de los últimos tiempos. Es el caso de el juicio de O.J. Simpson o el asesinato de Versace. Esta produciendo su tercera temporada basada en el caso Lewinsky.

Otra tendencia al alza son los contenidos para adolescentes, en donde Netflix se convierte en la mayor fuente de contenido de estas ficciones.

Queda claro que en un momento como el actual, la inspiración para las series que consumimos puede venir de cualquier parte. El contenido propio empieza a ser primordial para diferenciarse de las plataformas rivales y los usuarios cada vez empiezan a ser más exigentes a la hora de consumir contenidos.

Firma: Patricia Vázquez