Son los rostros de las voces de las cadenas. Les escuchamos hasta 200 veces al día. Sonríen si la serie que anuncian es una comedia y fruncen el ceño si es un drama

La tele es mucho más de lo que se ve. Detrás de los presentadores engalanados, de los tertulianos deslenguados y de los concursantes ávidos de dinero o de fama -o de ambas cosas-, hay mucha gente. Porque los que no dan la cara son mayoría. Algunos se cuelan en los títulos de crédito. Otros ni eso. Pero la televisión no funcionaría sin ellos. No ‘sonaría’ igual… Y no hablamos de música. Las cadenas también tienen voces, generalmente inconfundibles. Anuncian la serie que se emite a continuación, el programa que se va a estrenar en la próxima temporada, el título de la película y hasta avisan de que vuelven ‘en un minuto…’.

Hombres y mujeres sin rostro pero con voz, la mayoría actores. Unos suenan más serios, otros más joviales, muchos en masculino y unas pocas en femenino. Joël Mulachs no ha tenido que levantar nunca la voz, aunque esté en minoría. Es una de las voces de La Sexta, la femenina, que el nombre despista. «Yo hago de todo, hasta fútbol, y eso que no he visto un partido en mi vida. Así que me dicen, ‘tú haz como si te gustara’. Lo que le pega ahí es un tono enérgico», cuenta.

Las demás televisiones prefieren las voces graves. Inconfundible es la de Jesús Olmedo, el del ‘peliculón’ de Antena 3. Ha llegado a salir hasta 200 veces en un día, una voz con 200 timbres. «Si anuncias ‘Doctor Mateo’ lo haces sonriendo porque tiene comedia, pero a ‘Hispania’ le das un toque más épico», cuenta Olmedo, desde los 17 en la radio y durante muchos años en Antena 3. Hasta hace dos meses, que cambió de casa. Ahora, es uno más en la familia de Punto Radio y sale en antena cada diez minutos. «Si en televisión hay que sonar cálido y convincente, en la radio mucho más, porque no hay imágenes que acompañen». Esa es la clave, convencer. Y aplicar el tono adecuado a cada programa. «’Queremos hablar’ es un magacín, y exige un tono más dinámico y divertido que ‘Protagonistas’, que es más informativo y serio. Y si hablas del regreso de José Tomás, habrá que imprimir a la voz profundidad».

Y más que eso: «Hay que seducir, que no se note que estás leyendo». En su casa, Jesús Olmedo tiene un estudio donde graba los avances de los programas, 20 segundos que no suele repetir porque le salen a la primera. Curiosamente, la cosa se complica cuanto más corta es la frase. «El título de una película es más difícil de locutar que un texto de diez líneas porque hay que transmitir mucho en dos palabras», advierte.

Pero ¡ojo!, que a veces diez líneas tampoco se dicen de corrido. «Cuando en medio de las frases meten música, sonido de una película de acción, diálogos… la cosa se complica porque hay que ir dejando espacios entre las frases y hacer coincidir ciertas palabras con efectos como un portazo, el final de la música…». Quien cuenta esto es otro veterano de la tele, Daniel Sánchez, la voz de TVE desde hace 12 años. Con veintipocos doblaba a un personaje de ‘Dallas’ que tenía más de 40. Daniel suena grave, serio, más mayor de lo que es. Pero en la cadena pública les parece estar oyendo música celestial. «En televisión no puedes sonar chillón pero tampoco muy bajito…». Que se oiga sin levantar la voz, vaya.

Y que se adapte a lo que sale en imágenes. «Cuando anuncio la serie ‘Plaza de España’ sueno más divertido que con ‘Los Tudor’. Con el motociclismo lo que hago es echarle emoción y garra». Como en la vida. «Tú no empleas el mismo tono para ir a comprar el pan, que para decirle algo cariñoso a tu pareja».

– ¿Les reconocen por la calle?

– «¡Ocurre al revés. Amigos de toda la vida no me reconocen todavía en televisión!», dice Daniel.

– «A mí solo mi familia. Las mujeres, además, tenemos un registro más amplio porque tenemos los graves de los hombres, pero hacemos agudos a los que ellos no llegan», apunta Jöel.

Fuente: Yolanda Veiga (El Diario Vasco, 22-7-2011)