Hoy 25 de diciembre nuestra propuesta es “La primera Navidad” en TRECE a las 12:25

El ladrón de niños

Valentino, cura de un pueblo siciliano, organiza un Belén viviente. Pero ignora que Salvo, el tipo que ha escogido para encarnar a San José, es en realidad un ladrón de poca monta, especializado en iconografía religiosa, que le ha echado el ojo a una valiosa imagen del niño Jesús, que Valentino custodia en su templo. Éste le pilla con las manos en la masa cuando se la va a llevar, así que le persigue hasta unos juncos que ocultan un pasadizo espacio-temporal. Semejante prodigio lleva al dúo a la antigua Palestina, en el momento justo en que Cristo está a punto de nacer. Al padre se le ocurre que la Virgen María puede obrar el milagro de devolverles a su hogar, aunque Salvo, al no ser creyente, lo pone en duda.

Frente a la llegada todos los años de películas navideñas sobre Papa Noel, se agradece una producción italiana, quizás igual de ligera que éstas, pero que al menos se inspira en el auténtico motivo de las fiestas de Navidad. Está protagonizada, dirigida y coescrita con otros dos guionistas por los cómicos sicilianos Ficarra y Picone, muy populares en Italia por la televisión, que han protagonizado largometrajes como La hora del cambio. Esta vez logran momentos hilarantes, con interpretaciones exageradas pero divertidas de dos personajes contrapuestos. De esta forma, Ficarra da vida a un delincuente irreverente, y Picone a un cura bienintencionado pero un tanto ingenuo, que confía en el poder de la oración, pero por otro lado no la apoya nunca con acciones.

Inspirada en un clásico de la comedia italiana, Non ci resta che piangere (1984), con Massimo Troisi y Roberto Benigni retrocediendo en el tiempo hasta el siglo XV, Ficarra y Picone no admiten ningún tipo de comparación con aquellos dos gigantes. Pero el film tiene un fondo positivo, al apostar por la capacidad de superación del ser humano, y tienen mucho encanto sus homenajes al péplum italiano, con una ambientación que recuerda a las viejas películas de los 50, por ejemplo, en la escena de la persecución de las tropas de Herodes.