Los descendientes (2011)

En tránsito

Hawai es algo más que un lugar de playas paradisíacas. Las desgracias ocurren como en cualquier otro sitio, y Matt King, abogado inmobiliario demasiado absorto en su trabajo, está sufriendo una de ellas. Padre de dos hijas –la jovencita Alex y la pequeña Scottie–, la esposa y madre, Elizabeth, está en coma irreversible tras un accidente acuático. No hay esperanzas de recuperación, sólo queda desenchufar la respiración asistida, y cuidarla hasta que muera. Si sobrellevar algo así ya es difícil, todavía lo es más cuando Matt se entera por Alex que Elizabeth le engañaba. Debe encajar y gestionar esta dolorosa noticia, con la asunción en serio de su responsabilidad de padre de familia y la culminación de la venta una importante propiedad familiar en una de las islas, de la que él es único depositario, y que le enraiza con la tierra y sus antepasados nativos.

A Alexander Payne (A propósito de SchmidtEntre copas) parece que le gusta estructurar sus películas en torno a un viaje o desplazamiento que no sólo es físico sino también, y sobre todo, emocional. Y aquí se apoya bien en una selección musical exótica hawaiana, que da el “mood” adecuado a lo que se cuenta. El cineasta arranca su historia con una familia en descomposición, con un futuro no demasiado prometedor, para mostrar cómo de lo que parece y es malo –el accidente, la infidelidad…­– puede surgir algo bueno –de la aceptación de la situación se pasa al conocimiento, la comprensión, el perdón, el amor en suma…– que tal vez ayude a recomponer lo que parecía irremisiblemente perdido. Con un esquema inteligente –etapas en el camino que incluyen la visita a amigos y familiares, y el hurgar en las heridas recién descubiertas–, y una feliz imbricación de la cuestión inmobiliaria –que invita a pensar en la tierra como algo más que una oportunidad de convertirse en millonario–, entrega una película que roza la perfección, donde a los momentos propicios para las lágrimas sabe darles, cuando conviene, algunos desahogos humorísticos muy de agradecer.

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