
The Lost King (2022)
Looking for Richard
Philippa Langley es una madre de familia separada y cuarentona con dos hijos, que sufre el síndrome de fatiga crónica, también conocido como encefalomielitis miálgica, por lo que es relegada en su trabajo. Cuando asiste a una función teatral con un hijo, donde se representa “Ricardo III” de William Shakespeare, queda fascinada por un personaje histórico que considera maltratado, al achacársele una deformidad y haber sido utilizado políticamente para asentar la línea dinástica de los Tudor en detrimento de los Plantagenet. Comenzará a investigar acerca del malhadado rey, uniéndose a los fans de la Sociedad Ricardiana, y pronto germina en ella algo que deviene casi en fijación: dar con el lugar donde estarían los restos de Ricardo III, contraponiéndose a la versión oficial de que habrían sido arrojados al río Soar en Leicester.
Stephen Frears, especializado en tramas sobre personajes reales, sabe hacer suyo el guión escrito por Steve Coogan y Jeff Pope, el primero también productor y actor que interpreta al marido de Philippa, y que se hizo con los derechos de su libro sobre la investigación y sorprendentes hallazgos. Toda la narración se mira con enorme simpatía, porque sigue el esquema clásico de David contra Goliat, tenemos a alguien insignificante y a quien nadie debería tomarse en serio, estupenda Sally Hawkins, que con encomiable tozudez sabe navegar contra viento y marea para hacer realidad sus objetivos. Se da al asunto además el justo toque feminista, por los prejuicios que suscita su “sensación” de que la iglesia donde descansaría Ricardo III habría quedado enterrada en el subsuelo de un parking al aire libre.
El film tiene la virtud de presentar un entusiasmo contagioso por la historia, y critica con acierto cómo a veces en ambientes académicos están más atentos a obtener fondos para la universidad, o al reconocimiento mediático, que a la pasión por la investigación, que debería estar unida a la capacidad de arriesgar y tomar caminos inesperados. Debería ser de visionado obligado en las escuelas para recordar que las profesiones humanísticas son importantes, y no relegarlas prácticamente a la nada en aras a un pragmatismo demasiado miope.