Algunos hombres buenos (1992)
Honor, sí, señor
El teniente Kaffee (Tom Cruise) es un joven abogado de la Marina, con un brillante futuro por delante, algo frívolo, al que pesa la sombra de su padre, un prestigioso militar también jurídico. En la base cubana de Guantánamo, en Cuba, el marine Santiago muere horas antes de su traslado. Son acusados de asesinato dos de sus compañeros, que se excedieron en la brutalidad de un correctivo, en lo que en argot del cuartel se conoce como un «código rojo». Kaffe es el encargado de su defensa, y le ayuda en el caso la capitán JoAnne Galloway, de asuntos internos (Demi Moore), y el teniente Sam Weinberg (Kevin Pollak). Debería resolverse seguramente como un caso de homicidio involuntario, y pactar una sentencia con la acusación representada por el capitán Jack Ross (Kevin Bacon), pero todo apunta a una red de mentiras para evitar que en la cadena de mando el caso salpique al coronel Nathan Jessep (Jack Nicholson), que está al mando de la base.
Un sensacional thriller judicial, con personajes muy bien perfilados en el guión de Aaron Sorkin, que adapta su propia obra teatral, con buenas escenas ante el tribunal, y una buena dosificación de los altibajos en el progreso del caso, y las dudas de los personajes de la defensa acerca de si serán capaces de montar un caso sólido para lograr la absolución de los acusados. Todo el reparto está perfectamente escogido, y Rob Reiner dirige con buen tino. El film invita a reflexionar acerca de cuestiones como la obediencia debida, la dignidad de la persona o el honor, esa palabra con frecuencia demasiado gastada.