Creador: Joss Whedon
La primogénita de Whedon
Joss Whedon es conocido en la actualidad por hacer estallar todas las previsiones con la primera parte de Los vengadores (2012). Era su segunda película y lograba la friolera de 1.500 millones de dólares en la taquilla mundial en un momento en el que parecía que el cine de superhéroes comenzaba a saturar al espectador. No era una casualidad. Joss Whedon llevaba casi 20 años dedicado a la televisión desarrollando un estilo propio marcado por el ingenio en los diálogos y las tramas y presupuestos baratos de producción. Eso es lo que le hizo triunfar con su primera serie importante. Buffy, la cazavampiros es una ficción que se emitió desde 1997 a 2003 en Estados Unidos y que hoy en día sigue reponiéndose en canales de televisión de todo el mundo. En España, por ejemplo, forma parte de la programación la cadena especializada en el género fantástico SyFy. La historia de Buffy es la de una chica que acaba de llegar con su madre a la imaginaria ciudad de Sunnydale en California. Aunque los más guapos y ricos intentan que forme parte de su grupo selectivo, ella prefiere ir con los más inadaptados y torpes, aquellos que detrás de su timidez esconden una poderosa personalidad maltratada por un entorno agresivo. En realidad ella tampoco es una chica normal, es una cazadora de vampiros que ya está harta de tener que estar todo el día ahorcando y clavando estacas en esos desagradables seres que la persiguen allá donde vaya.
En ningún momento esta serie ha sido tan popular como otras ficciones juveniles y estúpidas como Sensación de vivir, pero siempre ha tenido un margen de espectadores adictos a los que les resultaba especialmente atractiva la mezcla de serie para adolescentes y terror de serie B.
Buffy, la cazavampiros se reinventa en cada capítulo logrando que el espectador no deje de sorprenderse. Hay capítulos muy románticos, otros más terroríficos, otros en los que los personajes (incluidos los vampiros claro) cantan y bailan como si fuese un musical de Stanley Donen. El proceso de maduración de esta líder contra el mal y sus amigos frikis hace que la serie tenga ese necesario dramatismo para conectar con cada uno de sus personajes.
Desgraciadamente Buffy, la cazavampiros fue la primera serie de cierto éxito que aprovechó sus niveles de seguimiento entre adolescentes para ejercer una función pedagógica tendenciosa. En concreto el personaje interpretado por Alyson Hannigan (posteriormente consagrada en la sitcom titulada Cómo conocí a vuestra madre) es uno de los primeros protagonistas homosexuales mostrados con naturalidad en la pantalla. Casi 20 años después, lo raro es que no aparezca un protagonista de este perfil en una serie.
Siendo conscientes de esta concesión a un lobby tan poderoso, la serie tiene grandes momentos entrañables y divertidos. La originalidad de la propuesta es innegable: una chica que combate vampiros con la misma naturalidad con que se pinta un ceja. También su tropa de amigos (que parecen salidos de una película de Tim Burton) son un grupo muy atractivo y diverso que hace que la serie no decaiga en su interés gracias a sus tramas secundarias.
Claudio Sánchez