La versión dramatizada parte del libro coescrito por la propia Hamilton con otros dos autores. Aborda su periplo cuando es una atractiva adolescente de 13 años con una buena relación con su familia, de firmes convicciones cristianas, pasa horas y horas con Alana, su mejor amiga, y mantiene una intensa rivalidad en los campeonatos con la competitiva Malia Birch. Por desgracia, mientras está en el agua con su pandilla una mañana de Halloween, Bethany sufre el ataque de un tiburón que le arranca el brazo izquierdo, lo que ocasiona una gran pérdida de sangre. Aunque se salva de milagro porque sus amigos consiguen trasladarla rápido a la costa, y a pesar del intenso trauma sufrido, Bethany desea seguir adelante con su sueño de convertirse en surfista profesional…

 

 

 

Director: Sean McNamara

Intérpretes: Annasophia Robb, Helen Hunt, Lorraine Nicholson, Carrie Underwood, Dennis Quaid

Guión: Sean McNamara, Deborah Schwartz, Douglas Schwartz, Michael Berk, Matt Allen, Caleb Wilson, Brad Gann

Duración: 106 min

Género: Acción | Deportivo | Drama | Cine Familiar

Estreno: 20/04/2012

Público: Todos

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 2

Amor: 0

Violencia: 0

Sexo: 0

Crítica:

Reconstrucción de la admirable historia real de la hawaiana Bethany Hamilton, toda una celebridad en el mundillo del surf, sobre todo en Estados Unidos. Hija de surfistas que la enseñaron pronto a navegar sobre las olas, desde muy pequeña pasaba horas y horas practicando, y comenzó a participar en competiciones nacionales. Su figura ya había dado lugar al documental Heart of a Soul Surfer, de 2007.

El prolífico realizador y productor ejecutivo –sobre todo televisivo– Sean McNamara (Bratz), también coguionista, tenía todas las papeletas para rodar un film convencional y plano, pues como es de rigor recoge todos los clichés del género de superación personal y triunfo ante la adversidad. Sin embargo, ha logrado una de esas películas con cierto encanto, por diversos detalles como por ejemplo que describe una sana relación entre la familia Hamilton, quizás un tanto utópica, pero bastante creíble. Se trata también el valor de la fe de la protagonista como apoyo fundamental a la hora de enfrentarse a la desgracia y seguir adelante. Precisamente su consejera espiritual en la iglesia a la que pertenece, es la que aporta la clave del film: la necesidad de abordar los problemas desde otra perspectiva más amplia para salir adelante, y la de no focalizarse en el propio yo, abriéndose a los otros, ayudando o dando ejemplo.

Acierta McNamara al narrar con elegancia y contención la parte más escabrosa (el ataque del tiburón), lo que abre enormemente el espectro de espectadores potenciales, a los que podría haber echado atrás unas imágenes especialmente duras en ese sentido. Y también son dignas de mención sus elaboradas y dinámicas secuencias de surf, que contagian de la afición del personaje incluso al público que desconozca la disciplina por completo. Al parecer, la propia Hamilton ha hecho la mayoría del trabajo de doble en los momentos en los que su personaje está sobre las tablas.

Funciona bien el reparto, encabezado por una correcta AnnaSophia Robb, que llamó la atención con Un puente hacia Terabithia. Sobresalen los padres, un Dennis Quaid que parece efectivamente un surfista, y una felizmente recuperada Helen Hunt, actriz con Oscar a la que no se había visto (al menos en las carteleras españolas) desde Cuando ella me encontró, también dirigida por la actriz, de 2007. Del resto del elenco se puede decir que cumple, como en el caso de la cantante country Carrie Underwood, celebérrima en Norteamérica, que si bien no deslumbra en su debut como actriz cinematográfica como la consejera religiosa, tampoco desentona.

Resultan especialmente emotivos los créditos finales, que muestran imágenes reales de la auténtica Bethany Hamilton, en diversas competiciones, o ayudando a las víctimas del tsunami. Sorprende gratamente que a pesar de lo ocurrido no ha perdido la sonrisa…

 

 

Fuente: www.decine21.com