Jing, una colegiala ingenua de la ciudad, debe trasladarse a un remoto pueblo en la montaña para su “reeducación” durante la Revolución Cultural. Su padre ha sido encarcelado por “derechista”, y su madre lucha para alimentar a sus tres hijos. Jing sabe que tanto su futuro como el bienestar de su familia dependen de su buen comportamiento en opinión de las autoridades.

Bastaría con un error para arruinar sus vidas.

Pero su prudente y tranquila existencia se ve trastocada cuando se enamora de Sun, el encantador hijo de un militar de élite. Debido a la diferencia social que les separa, un romance entre ellos es impensable. Más aún, peligroso. Pero la atracción es mutua, poderosa e innegable. Jing intenta resistirse, pero Sun la persigue, incluso después de que la chica regrese a la ciudad. El amor entre ambos florece; puro, apasionado y secreto. Nadie debe enterarse, y menos aún la madre de Jing.

De pronto, Sun desaparece. Cuando vuelve, Jing se da cuenta de que algo ha cambiado. Deberá revisar sus ideas acerca del amor, el honor y la lealtad antes de decidir en lo que cree realmente. La vida de ambos nunca volverá a ser la misma…

 

Director: Zhang Yimou

Intérpretes: Zhou Dongyu, Dou Shawn, Xi Meijuan, Li Xuejian, Chen Taisheng, Sa Rina, Lü Liping, Jiang Ruijia

Guión: Yin Lichuan, Gu Xiaobai, Ah Mei

Duración: 114 min

Género: Romántico

Estreno DVD: 19/12/2012

Público: Jóvenes

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 0

Amor: 5

Violencia: 0

Sexo: 0

Crítica:

El prestigioso cineasta chino Zhang Yimou vuelve al estilo que le hizo grande, tras un largo paréntesis en que se entregó a la fascinación por los efectos digitales. De sus anteriores películas es quizá “El camino a casa” (1999) la que más se asemeja argumentalmente a ésta. El guión —que no es de Yimou— se basa en una novela de Ai Mi. Ambientada en 1970 y con el telón de fondo de la Revolución Cultural, nos cuenta el delicado romance entre Jing (Zhou Dongyu), una colegiala que es objeto de “reeducación” debido al pasado capitalista de su padre, y Sun (Shawn Dou), apuesto soldado hijo de un importante militar comunista. La historia está contada con la sencillez y el sentido lírico del mejor Yimou, sin artificios espurios ni subrayados retóricos. Aunque puede que el filme se dilate en exceso —debido quizá a su cadencia serena—, se ve compensado por sus hallazgos visuales, dramáticos e incluso poéticos. Por un lado, dibuja una historia de amor tan casta y pura que a muchos les puede parecer irreal o inverosímil. La inocencia de Jing es tal, que ni siquiera conoce los protocolos de la procreación. Sun, lejos de aprovechar tan dulce ignorancia, la corresponde con un respeto que hoy habría que tildar de heroico. Por otro lado, el dibujo que hace de la revolución de Mao es tan poco ideológico, que se entiende como una crítica contundente para el que quiera abrir los ojos, y puede parecer sutil —o inexistente— para el funcionario chino que debe autorizar la exhibición del filme. El mismo Zhan Yimou fue víctima de la “reeducación” por razones familiares, como Ying, pero él no quiere detenerse en el rencor: “Me dije a mí mismo que no debía mostrar las heridas. El dolor está y permanecerá en nuestros corazones, pero debemos mostrar la belleza del ser humano”. J. O.

 

Fuente: www.estrenosdecine.net ; www.cope.es