El joven Dony hace realidad el que se supone es el sueño de todo adolescente: acostarse con su profesora de mates. Pero les pillan y ella va a parar a la cárcel por corrupción de menores, con el añadido de que está esperando un hijo de su alumno. Pasan los años y con su celebridad venida a menos y lleno de deudas, Dony sigue siendo un desastre juerguista, mujeriego y bebedor de cervezas, que podría acabar entre rejas por un problema de impuestos. A no ser que recupere la relación con su hijo –que le dejó sin decir nada y se cambió de nombre en cuanto pudo–, de cuyo matrimonio y condición de broker de Wall Street se entera gracias a una revista. La idea es acudir a la boda, para estrechar lazos.

 

 

 

Director: Sean Anders

Intérpretes: Adam Sandler, Andy Samberg, Leighton Meester, James Caan, Vanilla Ice, Milo Ventimiglia, Blake Clark, Meagan Fay, Tony Orlando, Will Forte, Peggy Stewart, Eva Amurri Martino, Susan Sarandon

Guión: David Caspe

Duración: 114 min

Género: Comedia

Estreno DVD: 19/12/2012

Público: Jóvenes – Adultos

Valoración: *

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 3

Acción: 0

Amor: 1

Violencia:  0

Sexo: 3

Crítica:

Por empezar por algo positivo, diremos que el título español “Desmadre de padre” está muy logrado, más expresivo que el original “That’s My Boy”. Dicho esto tenemos una nueva comedieta zafia para lucimiento de Adam Sandler, donde bien podríamos decir que los barros de títulos comoAmerican PieAlgo pasa con Mary trajeron estos lodazales. Chistes guarros a cuento del reencuentro entre padre e hijo –éste, el pasmado de Andy Samberg, que ha estado en otras joyas que juegan a banalizar el sexo y el amor, véanse los expresivos títulos de Dime con cuántosCon derecho a roce–, donde no cabe tomarse en serio supuestas moralejas para mejorar en las relaciones paternofiliales, pues todo es un estúpido canto a la irresponsabilidad y al hedonismo.

Por supuesto que Sean Anders, que antes había dirigido otra “joyita”, Sex Drive, logra arrancar alguna sonrisa con el guión del desconocido, por fortuna, David Caspe. Pero no basta para justificar la existencia de Desmadre de padre, un film decididamente “expendable” y mercenario, que juega con las hormonas del potencial espectador adolescente.

 

 


Fuente: www.decine21.com