En algún lugar de África subsahariana, en una pequeña y remota aldea, Komona, una niña de 12 años, vive pacíficamente con sus padres, hasta el día en que es secuestrada por el ejército rebelde y se ve obligada a combatir como niña soldado. Por su capacidad para salvarse, le nombran «bruja de la guerra». Su única salida y amigo será Mago, un chico albino de 15 años que desea casarse con ella.

 

 

 

 

 

Director: Kim Nguyen

Intérpretes: Rachel Rwanza, Alain Bastien, Serge Kanyinda, Ralph Prosper, Mizinga Mwinga

Guión: Kim Nguyen

Duración: 90′

Género: Drama

Estreno: 10/05/2013

Público: +16

Valoración: ****

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 2

Amor: 0

Violencia: 3

Sexo: 1

Crítica:

Emotivo, intenso y enigmático drama que se quedó a las puertas del Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Sin embargo, este año ganó la desesperanza de Amor frente a la esperanza de Rebelde.

El film del canadiense Kim Nguyen consigue un equilibrio poco habitual entre el tono mágico-onírico -no embellecido sino más cercano a la pesadilla- y el naturalismo –muchas veces bárbaro pero siempre tratado con cierto pudor y un uso moderado de la elipsis-. De este modo, teje un film de una atipicidad controlada. Y es que Nguyen no pretende rodar una previsible película de denuncia social. Su guión y su dirección van más allá porque denuncia, justamente, con más fuerza y profundidad al explicar la historia de Komona con cierta, que no absoluta, calma y resignación, tan propias de las personas de esos países sumidos en terribles crisis políticas y sociales.

En Rebelde queda patente el problema de los niños soldados y la devaluación de la vida humana en los territorios de guerrillas fraticidas. Sin embargo, todo eso se narra desde la cultura de sus gentes, muy atávica pero con un anclaje sólido y natural en los padres, en un amor marcado por el compromiso y en un arraigo a la vida aunque nazca de una unión forzada. Por eso, el recorrido de sus tramas es mayor y permite una reflexión más penetrante, omnicomprensiva y honda por parte del espectador.

Sorprende el gran trabajo de los actores jóvenes. De hecho, Rachel Rwanza se llevó el Oso de Plata en Berlín y otro trofeo en el Festival de Tribeca. Rodada íntegramente en el Congo, se trata de una de esas películas que marcan no sólo por su estilo visual (para nada gratuito y bien pegado a lo que quiere contar), sino también por la franqueza de su humanidad. Rebelde habla sin ambages, pero sin moralinas de cómo las personas más sencillas y corrientes conservan sus valores en las circunstancias más adversas.

 


Fuente: Lourdes Domingo (www.taconline.net)