[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=mcrfOYednWs&NR=1[/youtube]por Pedro Benito. Colaborador

La NASA y la ESA, que es el equivalente europeo a la primera, junto con los diferentes institutos de Astrofísica nos brindan una inmensidad de conocimientos sobre el Universo tan grande que parece que lo mejor que podemos hacer los aficionados a la observación del cielo nocturno es estar sentados frente a nuestro ordenador y deslizarnos por las páginas de esos organismos absorbiendo sus inmensos conocimientos. Hoy día parece que mueve a risa la figura de Galileo con su anteojo observando los planetas desde la torre de su campanario.

Sin embargo aun hoy, la observación del cielo nocturno a simple vista o con instrumentos pequeños es una de las aficiones mas placenteras y formativas. Reconocer las principales estrellas por su posición brillo y color, los planetas y su posición y brillo cambiantes  y algunas galaxias y nebulosas es algo fascinante. Si uno dispone de una terraza orientada al sur puede adquirir un pequeño telescopio, por un precio realmente módico y multiplicar su capacidad de observación hasta doscientas veces. Si observas la Luna te parecerá que la estas orbitando en una nave espacial. Júpiter te parecerá un globo luminoso rodeado por sus cuatro principales satélites, que giran a su alrededor. Saturno con sus anillos da una imagen de belleza y serenidad incomparable. Marte con su siniestro color rojizo hace honor a su nombre guerrero. La nebulosa de Orión se asemeja a un vaso de leche que alguien hubiese arrojado sobre el cielo negro.

Así pues que el caudal  de información que nos proporciona Internet y los canales de televisión Odisea y Natura no nos priven  nunca del placer soberano de la observación directa y personal del cielo nocturno y que sea mas bien un formidable complemento a dicha observación.