Dirección: Neil Marshall

Intérpretes: Michael Fassbender, Olga Kurylenko, Dominic West, Noel Clarke, David Morrissey, JJ Feild, Riz Ahmed, Imogen Poots, Ulrich Thomsen, Axelle Carolyn

Guión: Neil Marshall

Duración: 105 min.

Público apropiado: Adultos

Género: Acción, Aventuras

Poe decine21

centurion_CCine de acción y aventuras, ambientado en el belicoso siglo II, que imagina un episodio especialmente sangriento de la campaña que los romanos llevaron a cabo en Inglaterra. Dirige y escribe Neil Marshall, realizador especializado en películas oscuras y violentas, desde que entregara la estupenda y terrorífica The Descent. Aquí imprime un gran ritmo e intensidad a la historia, y el resultado alcanza un nivel más que digno.

Islas británicas en tiempos del emperador Adriano. En un fuerte fronterizo, el centurión romano Quintus sobrevive como prisionero a un salvaje ataque por parte de guerreros autóctonos, los sanguinarios pictos. Tras escapar del campamento enemigo, acabará uniéndose a la legendaria IX Legión del general Virilus, que marcha precisamente hacia el norte para aniquilar a los pictos. Cuentan para ello con la ayuda Etain, una experta guerrera y rastreadora de los pictos que trabaja al servicio de Roma.

La sombra de Gladiator es alargada. Aparte de que el protagonista dice ser hijo de un gladiador que ganó su libertad en la arena (qué coincidencia, ¿no?), todo el film respira ese mismo aire frío y nublado que Ridley Scott retrató magistralmente en la primera media hora de su ya mítica película. Aquí se cambian las tierras de Germania por Britania, pero en esencia la atmósfera elegida transmite igual dureza en la vida castrense y las costumbres guerreras de la antigua Roma en su afán de conquista contra los pueblos bárbaros. En este sentido hay seguramente un exceso en el tratamiento brutal de la violencia, que llega a ser algo desgradable, cuando la cámara se recrea en primerísimos planos de la lucha cuerpo a cuerpo: descabezamientos, hachazos, miembros cortados, ojos hundidos, etc. Y hay varias enfrentamientos de este tipo, pues el grueso de la trama no es otra cosa que una gran cacería humana.

Por otro lado, Marshall opta por no ponerse del lado de nadie. Tanto los romanos como los pictos son mostrados como lo que se supone que era cualquier guerrero de la época: una bestia. Como dice en un momento el protagonista, «lo único que nos diferencia de los animales es el cumplimiento de la palabra dada». Pero además, el director huye abiertamente del maniqueísmo colocando verdaderos actos de villanía en el bando romano y forzando hacia el final cierta tendencia fatalista. Pero hay también, por supuesto, momentos para la épica (con notoria presencia para la efectiva banda sonora de Ilan Eshkeri), para la valentía y el arrojo, el honor y la dignidad, la duda y el romance, etc., aunque sean más o menos rebuscados. El protagonista, Michael Fassbender (Malditos bastardos), hace un correcto trabajo aunque adolece de falta de expresividad, rasgo interpretativo que le sobra a Dominic West (The Wire (Bajo escucha)), que está formidable como el general Virilus y que quizá debería haber sido cabeza de cartel.