El pasado 14 de mayo iCmedia asistió a la conferencia «Ciberseguridad, gobernanza digital y liderazgo tecnológico” organizada por CEPS, think tank centrado en el estudio de las políticas comunitarias. El primer panel del evento se centró en la intersección entre la política exterior y los retos de la ciberseguridad. Paul Triolo, jefe de la Práctica de Geo-Tecnología del Grupo Eurasia, analizó la relación cada vez más difícil entre Washington y Pekín. Según él, las empresas estadounidenses estarían presionando al gobierno nacional para que adoptara una postura más dura contra las empresas chinas, especialmente en los campos de la transferencia tecnológica, los subsidios y la seguridad cibernética. Esta batalla, en la que se disputaría principalmente el control sobre el mercado de la tecnología, se habría supuestamente ya cobrado su primera víctima, con Huawei recién incorporado a la “lista negra”de la Casa Blanca. Cecilia Susanna Jona-Lasinio, investigadora senior del Instituto Italiano de Estadística, expuso el resultado de un estudio sobre las inversiones americanas y europeas en activos intangibles. En general, nuestro continente se está quedando rezagado con respecto a la primera economía del mundo debido a un retraso estructural en las inversiones relativas a la formación, la investigación de mercados y la creación de marcas, así como a la reingeniería de los procesos empresariales. De hecho, las empresas estadounidenses empezaron a asignar recursos financieros sustanciales a estos elementos a partir del principio de la década del 2000, antes de que la crisis financiera mundial provocara una ralentización general. No obstante, algunos países europeos como Francia, Reino Unido, Finlandia y Suecia están apostando actualmente por activos intangibles, liderando el camino dentro del Unión Europea. Jan Weidenfield, responsable de Asuntos Europeos del Instituto Mercator, abrió su intervención mencionando algunas de las iniciativas más ambiciosas que está llevando a cabo el gobierno chino. Desde los ordenadores de la administración pública de Guanghang que funcionan gracias a la tecnología blockchain hasta las grandes inversiones en investigación y desarrollo en inteligencia artificial y computación cuántica, mostrando cómo Pekín está muy por delante de Europa en cuando a tecnología puntera. El segundo panel exploró los principales problemas de la ciberseguridad derivados de la red 5G. Jan-Peter Kleinhans, Director de Proyectos de “Security in the Internet of Things”, subrayó que las empresas ya están luchando por los detalles del diseño y la implementación de la infraestructura. En Alemania, por ejemplo, los fabricantes de automóviles están divididos sobre el uso del 5G para vehículos autónomos, y algunos apoyan la tecnología Wifi como una alternativa más fiable. Pero las cuestiones de seguridad son, sin duda, el tema más candente relacionado con la nueva conexión de banda ancha. Con sistemas cada vez mas complejos es ahora imposible garantizar que trozos de código malicioso no se encuentren en los dispositivos, o que las infraestructuras no puedan ser utilizadas para plantear amenazas cibernéticas a gran escala. Por consiguiente, sería efímero esperar un 5G «a prueba de balas», ya que la posibilidad de un ataque, aunque sea remoto, siempre permanecerá. La via alternativa pasa por tratar de limitar la dependencia tecnológica de países extranjeros, ya que otros Estados podrían explotar el equipo suministrado por los proveedores nacionales para operaciones ofensivas. Finalmente, Carl-Christian Buhr, Jefe de Gabinete Adjunto del Comisario M. Gabriel, recordó que la Comisión Europea ya ha emprendido esfuerzos para minimizar los riesgos derivados del 5G. En una de sus recomendaciones, la institución ha pedido a los Estados miembros que lleven a cabo análisis y evaluaciones de riesgos con el fin de recopilar los resultados pertinentes y crear una caja de herramientas a escala europea para finales de año. Además, la Comisión ha alentado a los Estados a invertir más en infraestructura de telecomunicaciones para no dejar el mercado en manos de los agentes económicos chinos.