Ficha:

118 min. | Drama | Romántico

Público apropiado: Adultos

Año: 2015

País: EE.UU., Reino Unido

Dirección: Todd Haynes

Intérpretes: Rooney Mara, Cate Blanchett, Sarah Paulson, Cory Michael Smith, Kyle Chandler, Carrie Brownstein, Jake Lacy, John Magaro

Therese Bilvet es una joven aspirante a fotógrafa, que de momento se gana la vida como dependienta en la sección de juguetes de unos grandes almacenes, mientras vive un noviazgo con el que no parece demasiado entusiasmada. Un día atiende a Carol Aird, una distinguida dama con mucha clase y de más edad, que busca un regalo para su hijita. Algo electrizante ocurre entre las dos mujeres. Carol, en proceso de divorcio, ya ha tenido alguna experiencia amorosa con mujeres, pero para Therese ese tipo de atracción resulta una verdadera novedad. En una época, los años 50 del siglo XX, en que las relaciones lésbicas no se podían ni mencionar, su relación irá creciendo paulatina y discretamente, pero en Carol pesa lo que ocurrirá con su hija si estrecha lazos con Therese.

Adaptación de “El precio de la sal”, novela de Patricia Highsmith, de cuya obra es muy conocida toda la serie de Tom Ripley –muy llevada al cine– y Extraños en un tren, que versionó en la pantalla Alfred Hitchcock La escritora, ella misma lesbiana, publicó inicialmente la obra con el seudónimo de Claire Morgan, aunque la reivindicó años después con su nombre y apellido. Se trata de un material perfecto para Todd Haynes, al que siempre le ha interesado abordar en su cine la homosexualidad, y que ha encontrado en el marco de los aparentemente felices años 50 con sus colores pastel tan característicos del cine de Douglas Sirk, un lugar ideal para expresarse a gusto, ahí están para demostrarlo las historias de mujeres reprimidas por el puritanismo de la época de Lejos del cielo y Mildred Pierce.

En el haber del Carol de Haynes puede ponerse cierta delicadeza y el evitar un enarbolamiento demasiado obvio de la bandera de la causa LGBT. Pero tampoco es la obra maestra que algunos pretenden. La historia que se cuenta, con su cuidado envoltorio de época con aura irreal y como de ensueño, es sencilla, una “love story sui generis”, con el esquema “chica conoce a chica”, etc, con los obstáculos de un marido celoso, y el bien de una niña en juego. Pero se alarga en exceso, sensación acrecentada por la partitura musical de Carter Burwell, que aunque inspirada, se adueña demasiado de la película, se hace notar.

Cate Blanchett y Rooney Mara son dos grandes actrices, que contribuyen a mantener la credulidad del espectador, frente a otros aspectos más flojos, como son los muy desdibujados personajes masculinos, e incluso las razones que mueven a Therese y Carol, tan atrapadas por su flechazo que parecen olvidar otras cuestiones que deberían ser importantes en su vida. Sobre todo en el caso de Carol, donde la maternidad parece considerarse como un simple derecho propietario –a tener la custodia de la hija, o a determinadas visitas– obviando que se trata de una importantísima responsabilidad, la de educarla, que viene incluida en el “pack” de haberla traído al mundo.

Firma: José María Aresté