Ficha:

109 min. | Drama

Público apropiado: Jóvenes-adultos

Año: 2015

País: Francia

Dirección: Jacques Audiard     

Intérpretes: Jesuthasan Antonythasan, Kalieaswari Srinivasan, Claudine Vinasithamby, Vincent Rottiers, Marc Zinga, Faouzi Bensaïdi, Bass Dhem, Franck Falise

Dos adultos, él, Dheepan, ella, Yalini. Y una niña, Illyaal. Nada les une, sino su condición de tamiles refugiados por la guerra civil que asoló Sri Lanka. Pero fingen ser una familia, para poder obtener asilo en Francia, y ocupar una casa de protección social, en un barrio marginal. La pequeña empieza a ir a la escuela, a él le dan un trabajo de portero en un edificio, y ella cuida y cocina para un anciano. Su vida parece casi normal. Casi. Porque a pesar de que lo suyo parece un hogar como cualquier otro, todavía hay un camino que recorrer, que pasa por dejar una guerra atrás para encontrarse con otra.

Jacques Audiard ganó la Palma de Oro en Cannes con esta sólida mirada al drama que toca vivir a los refugiados: al pasado que desean olvidar deben sumar un presente que no suele ser perfecto, con la dificultad consiguiente de labrarse un futuro ilusionante. Y logra atrapar las emociones de desear sentirse querido en el seno de una familia, con la exploración de la idea de que fingir unos lazos, y sacrificarse en esa convivencia forzosa, puede llevar al nacimiento de cariño y afecto sinceros. Metas tan razonables, y no siempre admitidas, conviven con su el peso de su background, y el ambiente marginal en que toca desenvolverse.

Por otro lado, alguien responsable de un film tan duro y dinámico como Un profeta, sabe pintar sabiamente y de modo nada glamouroso la violencia de los barrios por los trapicheos con drogas y los enfrentamientos entre bandas, también con escenas de acción bien planteadas. Pretender llevar una vida normal en tal caldo de cultivo puede ser muy complicado para quien desea llevar una vida honrada, pero también para los criminales que entre las paredes de sus hogares añoran algo que no saben expresar, la paz quizá de una conciencia tranquila. Los tres actores principales, con escasa experiencia interpretativa, resultan muy naturales, también por su propia peripecia vital.

 

Firma: José María Aresté