Ficha:

Director: Wes Ball          

Intérpretes: Dylan O’Brien, Kaya Scodelario, Thomas Brodie-Sangster, Nathalie Emmanuel, Aidan Gillen, Katherine McNamara, Giancarlo Esposito, Ki Hong Lee, Patricia Clarkson, Lili Taylor, Barry Pepper, Rosa Salazar, Jacob Lofland, Tatanka Means 

Duración: 131 min.

Público: Jóvenes-adultos (V)

Como el propio título indica, estamos ante una nueva entrega de la saga de El corredor del laberinto de James Dashner, otra trilogía de aventuras de adolescentes en un mundo futuro post-apocalíptico, al estilo de Los juegos del hambre, o Divergente, también adaptadas a la pantalla grande. La primera cinta sirvió para presentar a Thomas y sus amigos, atrapados en un laberinto mortal, sin saber dónde estaban ni las razones de su encierro; todo en esa historia es enigmático.

Aquella aventura culminaba con la evasión, con el descubrimiento de que buena parte del mundo había sido destruido por catástrofes naturales y por una feroz epidemia de consecuencias inimaginables. La nueva historia comienza donde terminó la anterior: Thomas y sus amigos consiguen llegar a unas instalaciones donde les prometen una vida normal. No tardarán en descubrir que siguen atrapados y en peligro, que son especiales y que hay poderosos que cejarán hasta descubrir y quitarles aquello que les hace inmunes a… algo. El problema es a dónde huir, dónde conseguir ayuda si no queda nada fuera de las instalaciones donde han sido acogidos.

Hay que descubrirse ante Wes Ball, joven director que se estrenó con El corredor del laberinto

y la convirtió en uno de los grandes éxitos del año pasado; pues bien, repite con igual fortuna o mejor. Mantener el nivel tras las expectativas generadas habría sido un éxito, y se ha superado. Con el mismo equipo técnico y actores cuenta una historia similar, no idéntica, y explota con habilidad las diferencias: el ritmo es todavía más trepidante que el de la película anterior; la historia es puro movimiento, y en plena carrera se producen descubrimientos, y aparecen nuevos personajes; descubrimos la infección, la resistencia, la esperanza, y lo que es más, vemos personajes de carne y hueso capaces de equivocarse y de rectificar, de grandes egoísmos y de actos heroicos, de querer y de odiar; y además  se plantean algunas cuestiones éticas interesantes sobre la investigación científica y sus límites, sobre el modo de justificar acciones ruines por una buena causa, y algunas más.

Cine de evasión, cine de aventuras del bueno, que tiene además detalles de producción interesantes: parte de la historia transcurre entre cuatro paredes; luego, tras un salto estamos en pleno desierto, ante las colosales ruinas de una fabulosa ciudad; el decorado es terroríficamente real. En cuanto a los jóvenes actores, han madurado, muestran fuertes personalidades y derrochan encanto.

 

Firma: Fernando Gil-Delgado.