Ficha: 110 min. | Drama | Aventuras Público apropiado: Todos-Jóvenes Año: 2016 País: EE.UU. Dirección: Jon Favreau Intérpretes: Neel Sethi, Ritesh Rajan Mowgli es un “cachorro humano” que vive en la selva, encontrado cuando era casi un bebé por Bagheera, una pantera. El niño fue llevado por ella a la manada de lobos liderada por Akela, donde llegó a ser un hijo más de la cama de la bondadosa Rakha. Sin embargo, Mowgli tiene un enemigo mortal, el tigre Shere Khan, obsesionado con matarle. Sabedor del peligro que corren los suyos por su culpa, Mowgli decide marcharse con los humanos. Numerosas aventuras le esperan. Notabilísima película de la factoría Disney que actualiza con alta tecnología visual una de las aventuras clásicas más conocidas y mejor recibidas por el público, adaptación de la novela de Rudyard Kipling. En la retina siempre permanecerán los trazos entrañables de los personajes y la haraganería divertida que reinaba continuamente en la versión animada de 1967. Cincuenta años después puede decirse que el nivel se mantiene y aun se supera en esta asombrosa y extraordinaria versión que mezcla imagen real y creación digital. Sin duda, lo más llamativo con respecto a otras versiones cinematográficas es el tono realista –e incluso sombrío en algunos momentos– de las aventuras que viven Mowgli y sus amigos. Aunque hay escenas de relax –no faltan claro está los gags protagonizados por Baloo, entre ellos la interpretación de su célebre canción “The Bare Necessities”–, el guionista Justin Marks ha puesto todo el énfasis en generar seriedad a la trama, a los conflictos entre los personajes, a las dudas que sufren. Y las apariciones del tigre Shere Khan producen verdadera inquietud y, si alguien tiene dudas de su maldad, su percepción cambiará tras la llegada del felino al poblado de lobos. Tanto es el realismo transmitido que cuesta acostumbrarse al habla antropomorfa de los animales. Detrás de El libro de la selva está Jon Favreu (Iron Man), quien película a película se está convirtiendo en un seguro de vida con respecto a la excelencia de sus superproducciones, porque no olvida nunca a los personajes, los mima. Aquí todos tienen peso por igual: Mowgli –hasta el aspecto del actor Neel Sethi copia el de los dibujos–; el oso Baloo, holgazán, vividor, deseoso de saltarse las reglas; la fiel pantera Bagheera, cumplidora y noble; la loba Raksha, madre amorosa; y hasta la sibilina serpiente Kaa, cuya engatusadora cháchara está a punto de acabar con el protagonista. Estamos ante una película de aventuras de formidable calidad, entretenida de principio a fin, que habla de amor, de sentirse parte de una comunidad, de sacrificio y armonía, y de la prometeica relación del hombre con el fuego. Y aunque el guión discurra por los terrenos conocidos de la versión de dibujos animados, por lo que la narración no deja de ser sencilla, está servido con imágenes de una epatante belleza, con un subyugante colorido fotográfico de Bill Pope, y filmado con un virtuosismo tan espectacular que sobrecoge –el 3D tiene aquí algo que decir–, con ritmo muy equilibrado, acorde con cada momento, siempre bien acompañado por la música de John Debney. Hay numerosas secuencias verdaderamente impresionantes –el inicio, el primer ataque de Shere Khan, etc.–, aunque probablemente se lleva la palma la que tiene lugar en la ciudad de Loui, el rey de los monos, donde los efectos especiales alcanzan cotas desorbitadas. Firma: Pablo de Santiago