Invierno de 1943. Frente ruso de la Segunda Guerra Mundial. Un batallón de la División Azul, incorporado en otro alemán, descubre el cadáver de un soldado español junto a unos caballos atrapados en la superficie congelada de un lago. Un tajo atraviesa el cuello del cadáver, que tiene en el pecho una inscripción grabada a cuchillo: “Mira que te mira Dios”. Los mandos encargan la investigación al silencioso soldado Arturo Andrade (Juan Diego Botto), ex inspector de la policía, que asume la tarea con rigor y profesionalidad, ayudado por el sencillo sargento Espinosa (Carmelo Gómez). Poco a poco descubren que este asesinato quizás responda a una perversa venganza relacionada con la masonería. A partir de la novela “El tiempo de los emperadores extraños”, del ovetense Ignacio del Valle, el productor y director Gerardo Herrero (“Desvío al paraíso”, “Territorio comanche”, “Las razones de mis amigos”) desarrolla en “Silencio en la nieve” una inquietante intriga policial en el marco de la División Azul, unidad de voluntarios enviada por Franco en apoyo del ejército alemán contra el comunismo ruso.

 

Director: Gerardo Herrero

Intérpretes: Carmelo Gomez Celada, Juan Diego Botto Rota, Adolfo Fernandez…

Guión: Nicolás Saad

Duración: 114′

Género: Thriller, Drama

Estreno DVD: 20/01/2012

Público: Adultos

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 2

Amor: 0

Violencia: 3

Sexo: 2

Crítica: Como es habitual en el cine de Herrero, a la película le falta a ratos un poco de vigor dramático y emocional. Además, resulta demasiada explícita en algún apunte sexual y retrata de un modo superficial a un capellán militar, que ofrece una versión chusca del secreto de confesión. De todas formas, la película tiene buen ritmo, desarrolla bien la intriga, goza de una generosa producción —patente en sus secuencias bélicas— y ofrece varios momentos de gran intensidad emocional, sobre todo en la subtrama de las relaciones de Andrade con una joven rusa y su pequeño hijo, y en la recreación del prohibido “juego de la violeta” —como se le llamaba entonces—, más conocido ahora como la ruleta rusa. En estos buenos resultados es fundamental el tono ponderado y poco ideológico con que la novela y la película presentan a los personajes, sin juzgar sus motivaciones políticas y subrayando sobre tono su humanidad, inmersa en una guerra cruel, azotada por un frío espeluznante y aliada con un ejército alemán a menudo inhumano. Todo esto amplía el público potencial de la película y, sobre todo, da entidad a los personajes, interpretados con solvencia y veracidad, especialmente la pareja protagonista, con la que se lucen Juan Diego Botto y Carmelo Gómez. En este sentido, “Silencio en la nieve” abre nuevos caminos en el cine histórico español, al margen de tantas maniqueas caricaturas gruerracivilistas.

 

Fuente: Jerónimo J. Martín (cope.es 20/01/2012)