Roberto (Ricardo Darín), un maniático ferretero, coleccionista de historias curiosas que recorta de los periódicos, sin darse cuenta, acabará formando parte de una de ellas cuando un joven chino, Jun (Huang Sheng Huang) llega de repente a su vida, arrojado a la vía pública desde la puerta trasera de un taxi. A partir de entonces comienza entre ambos una forzada y extraña convivencia, pues Roberto no habla chino y Jun ni una palabra de español.

Esta convivencia entre dos individuos de distintas razas, mostrará a dos hombres muy diferentes, de dispares culturas, que pueden llegar a ser almas gemelas unidas por un extraño destino común que ambos ignoran.

Director: Sebastián Borensztein

Intérpretes: Ricardo Darín, Huang Sheng Huang, Muriel Santana, Enric Rodríguez, Iván Romanelli

Guión: Sebastián Borensztein

Duración: 100´

Guión: Sebastián Borensztein

Público: +16

Estreno en dvd: 19-10-2011

Valoración: ****

Contenidos (de 0 a 6): Humor 5 , Acción 3 , Amor 0 , Violencia 0 , Sexo 1

Crítica

Es ésta la tercera película del director Sebastián Borensztein, de la que es asimismo guionista, al igual que en sus dos anteriores cintas (La suerte está echada de 2007 y Sin memoria de 2011). Sus inicios se desarrollaron dirigiendo numerosos seriales con destino a la televisión.

Ricardo Darín, el archiconocido actor argentino, con más de 20 películas en su filmografía (Nueve reinas, El hijo de la novia, El secreto de sus ojos, entre ellas). alcanza en esta ocasión, una -si no la que más- impresionante interpretación de su larga carrera profesional. Una verdadera creación en el papel del ferretero que, súbitamente, se encuentra en una situación tan insólita como inesperada que trastoca por completo su existencia, con una variedad tan rica en matices y gestos que sólo una gran estrella del cine, consagrado como él, puede llegar a transmitir..

Nos seduce durante toda la película, tanto por sus rabietas de soltero empedernido, reacio al amor, inmovilista aferrado a sus cotidianas costumbres, como por el candor y generosidad que surge de su interior ante la absoluta dificultad de comunicación con su inesperado inquilino.

Es reconfortante, desde cualquier punto de vista, comprobar cómo la generosa convivencia entre seres de distintas razas y culturas puede llegar finalmente a unirnos, salvando barreras y absurdos convencionalismos, la mayoría de las veces impuestos en contra de nuestro auténtico sentido de la fraternidad humana.

En suma, un “cuento chino” que no hay que perderse.

Fuente: Joaquín Guitart