Ficha

 

Terror mudo

Cuanto menos se sepa, mejor. Día 89 de una crisis global. Lee y Reagan Abbot tratan de sobrevivir con sus tres retoños, aunque parecen haberse quedado solos en la Tierra, si existen más supervivientes no los han visto. Deben tener cuidado de no producir ningún ruido, pues el más mínimo sonido atrae a unos depredadores brutales… En este contexto supone una ventaja que su hija mayor, Regan, naciera sordomuda, pues pueden comunicarse entre ellos con el lenguaje de signos.

Celebérrimo en Estados Unidos por su sarcástico personaje de The Office, John Krasinski ya tenía dos películas como realizador, la poco conocida Brief Interviews with Hideous Men, y la excelente comedia dramática Los Hollar, que presagiaba que tenía por delante una prometedora carrera en esta faceta. Ahora se consagra en el campo del terror, género sobreexplotado con producciones casposas, o que abusan de las vísceras y la casquería barata, dejando sin palabras a crítica y público con uno de los pocos productos originales en este terreno en lustros.

El propio autor de la cinta ha intervenido en el guión, a priori muy complicado de llevar a la pantalla, pues apenas tiene tres o cuatro diálogos, lo que quiere decir que se trata prácticamente de otra recuperación del cine mudo, al estilo de The Artist; se tienen que dar todos los datos y mantener el interés del espectador, con imágenes que apuestan por sugerir. Por ejemplo, todo lo que le ha ocurrido a la Humanidad se insinúa con unos recortes de periódico, dejando mucho espacio a la imaginación. Por otro lado, los efectos de sonido están utilizados de forma modélica para crear tensión, hasta niveles angustiosos, pues cualquier cosa que suene puede poner de los nervios al respetable. Algunos momentos, como el de los niños en el granero, serán recordadas por los aficionados.

Pese a su punto de partida de producto de serie B, y a sus modestas pretensiones de entretener y poco más, incluye elementos de fábula sobre la unidad y el apoyo familiar en circunstancias extremas; en este sentido recuerda un poco a La carretera, la novela de Cormac McCarthy  llevada al cine por John Hillcoat, sobre todo su retrato alegórico del amor por los hijos, que representan la esperanza en el futuro incluso cuando todo pueda parecer perdido. Aquí pone los pelos de punta que la madre esté embarazada durante la mayor parte del metraje, pues nunca se ha visto un parto silencioso, y los bebés lloran, pero aún así se debe seguir adelante, no queda otra…

Disponer únicamente de siete actores en el reparto –cuatro que tengan peso real– trae consigo el riesgo de que deben ser todos excelentes por necesidad. El propio John Krasinski realiza un buen trabajo, aunque quizás tiene más importancia su esposa en la vida real y en la ficción, Emily Blunt, y está a la altura el pequeño Noah Jupe, inolvidable amiguete con el que se enfada el protagonista de Wonder (vaya carrerón que se ha labrado en poco tiempo). Aunque quizás la revelación sea Millicent Simmonds, vista en Wonderstruck. El museo de las maravillas, una niña que realmente padece discapacidad auditiva.