1º) Cada día que pasa se pone más guapa

Carlos, Rey Emperador (1ª temporada) Aunque es el inicio de una serie en realidad es una continuación de Isabel (3 temporadas). La historia del que probablemente haya sido el monarca con un poder mundial más incontestable está contada con elegancia y mucha habilidad para entrelazar todas las tramas. Hernan Cortés, Francisco I, Enrique VIII, el Duque de Alba… Todos están retratados con ingenio y matiz, con la grandeza de una época de grandes cambios históricos. Hay que estar orgullosos de tener series españolas como ésta, al nivel de las grandes producciones históricas de todo el mundo.

The Big Bang Theory (9ª temporada) El humor suele tener una fecha de caducidad muy cercana. Requiere sorpresa e ingenio porque la rutina acaba por congelar la carcajada. Pero los superdotados asociales de esta serie no dejan de ser desternillantes. Esta novena temporada empieza fuerte con los inicios de vida conyugal de los dos protagonistas. Impagable el primer capítulo con el enlace matrimonial entre Leonard y Penny en Las Vegas retransmitido por Internet.

Fargo (2ª temporada) Todavía estoy intentando saber qué tiene que ver con la primera temporada, pero da igual. Sigue siendo genial, muy Coen en todos los aspectos. Es un placer ver series tan creativas que se reinventan en cada temporada. Kirsten Dunst, Patrick Wilson y un irreconocible Ted Danson son las nuevas estrellas de esta comedia negra americana.

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2º) Supervivencia a prueba de bombas

The Walking Dead (6ª temporada) No era fácil mantener el listón de la magnífica 5ª temporada, pero los zombis siguen dando sorpresas. Los dos primeros capítulos dejan claro que estamos en un terreno distinto en el que hay más trepidación, nuevos personajes y muchos más muertos vivientes.

The Leftovers (2ª temporada). Se acabó el libro de Tom Perrotta en la pasada temporada así que la renovación debe ser importante. Por ahora los créditos iniciales son más atractivos y la banda sonora ha variado pero sigue siendo maravillosa. Como en la primera temporada los inicios son complicados de entender, aunque confiemos que la conclusión de todas las tramas sea tan satisfactoria como en la sesión precedente.

Arrow (4ª temporada). El superhéroe callejero y complejo sigue aliándose y enfrentándose a enemigos colectivos. El entretenimiento está asegurado y además los conflictos dramáticos son más importantes. Sigue estando lejos de las mejores y las peores series de superhéroes. Un buen aperitivo a la espera de la 2ª temporada de The Flash.

Sleepy Hollow (2ª temporada) 18 capítulos tiene la nueva temporada (5 más que la 1º). Me parecen muchos, pero a quien le gustó la sesión anterior ésta no les va a defraudar. Una serie para un público amplio de giros constantes, viajes en el tiempo y dos protagonistas algo distantes que no enamoran pero tampoco resultan molestos.

3ª Que alguien diga ¡Basta!

Velvet (3ª temporada) El culebrón sigue retorciéndose más y más, con romances de ida y vuelta muy repetitivos. ¡Que se casen ya Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre y que alguien encierre a la pérfida Manuel Velasco! Lo peor es que habrá 4ª temporada, a pesar de que en el camino ya se han perdido más de un millón de espectadores.

Empire (2ª temporada) Si en la primera temporada Lee Daniels pudo engañar a alguien con la postiza espontaneidad de sus viscerales personajes, ahora ya no hay más leña que la que arde. Cookie sigue con su piel de leopardo y taconazos metiendo gritos a todo el mundo mientras su ex marido e hijos siguen alternando fulanas y canciones melosas para pijos que le gusta ir de macarras.

Aguila Roja (8ª temporada) La escena inicial del primer capítulo de esta temporada es involuntariamente metafórica. Aguila Roja cabalga a toda velocidad con su caballo, ve a Margarita que se tira a un precipicio y él se tira a por ella como si fuese Batman, los dos suspendidos en el aire se miran… Tremendo. La audiencia ya baja de 2 millones de espectadores (llegó a tener casi 7). Todo apunta hacia un final necesario.

 

Firma: Claudio Sánchez