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En profundidad: Reporteros en pleno ojo del huracán Irma: ¿El fin justifica los medios?

Tienen enorme mérito, especialmente si no confunden información con morbosidad informativa. ¡Qué importancia tiene una buena formación ética en esta profesión!

Por ÓSCAR RUS (abc.es)

Desde que el huracán Irma llegase el pasado domingo 10 de septiembre a la península de Florida (Estados Unidos), las principales televisiones de España han informado sobre ello de la mano de corresponsales y enviados especiales desde Miami. Almudena Ariza, corresponsal de TVE en Nueva York, no solo ha estado informado sobre el huracán para las distintas ediciones de «El Telediario» sino también para otros espacios de La 1 como «La mañana». José Ángel Abad, corresponsal en Nueva York para Antena 3, ha hecho lo propio en los informativos de la cadena así como en el matinal «Espejo público». Rocío Sañudo y Antoni Belchi complementaron los informativos de Mediaset (Telecinco, Cuatro). En todas estas coberturas, los reporteros han informado in situ y en directo en las calles de Miami para mostrar de primera mano las devastadoras y más que visibles consecuencias del huracán. Un espectacular aunque peligroso modus operandi que ha sido cuestionado por los propios telespectadores a través de las redes sociales.

José Angel Abad en Antena 3
José Angel Abad en Antena 3– ABC

Fuentes de Atresmedia defienden que «el trabajo de un periodista consiste en contar lo que está pasando y para ello es esencial estar en el lugar donde se produce la noticia». Un principio que desde Mediaset España también se encargan de amparar: «Un reportero debe estar lo más cerca posible del lugar de la noticia para informar en primera persona. Es la única manera de reflejar la realidad de manera fehaciente y trasladar a los espectadores lo que está ocurriendo con la mayor verosimilitud». Sin embargo, desde la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), su presidenta Elsa González avisa del posible «exceso de amarillismo y sensacionalismo» en este tipo de coberturas que en vez de ayudar a «valorar el periodismo», debilitan la credibilidad del mismo.

No es la primera vez que Almudena Ariza se desplaza desde Nueva York para informar detalladamente de un huracán. A principios de este septiembre la corresponsal informó sobre el huracán Harvey desde Houston (Texas). Allí realizó la crónica mientras el agua alcanzaba su cintura. Un modo de mostrar la realidad que suscitó alabanzas (en redes sociales) por parte de los espectadores, pero también dudas a cerca de la necesidad (o no) de poner a la informadora en tal situación. La propia Rosa Belmonte se preguntó en twitter: «¿De verdad es necesario que Almudena Ariza se meta en el agua?». Un interrogante que inevitablemente ha resurgido con la cobertura televisiva del huracán Irma.

El pasado domingo, Ariza (ataviada con chubasquero de rigor) conectó en directo con las ediciones de las 15.00 y las 21.00 horas de «El Telediario», quien tuvo que soportar la lluvia y el viento mientras informaba. De hecho, en una de las ocasiones, los espectadores pudieron verla en plena calle inundada. Esa misma noche dominical, en el caso de José Ángel Abad (uniformado con chubasquero e incluso el micrófono cubierto por un plástico) y durante plena conexión en directo, el cámara se vio en la necesidad de limpiar constantemente la lente. El rostro de Abad, por momentos, era difícil de visualizar, al igual que entender sus palabras debido al ruido del temporal. «La situación no es precisamente cómoda», comenzaba Abad. «Hemos salido para intentar mostrarles o hacerles una idea de lo que significa un huracán categoría tres –categoría cuatro en algunos momentos– en el centro de una de las principales ciudades de los Estados Unidos».

Rocío Sañudo en Telecinco
Rocío Sañudo en Telecinco– ABC

Una llamativa y aparentemente arriesgada manera de comunicar que desde Atresmedia confirman que se realiza «garantizando siempre la integridad» de sus profesionales bajo la creencia de que «lo profesional era estar allí pese a los riesgos». Pero, para la presidenta de FAPE, tales «conexiones informativas arriesgadas» pueden ocasionar un posible percance físico al reportero (se juegan la vida) y «no aportan un valor añadido a la información». «Me parece una temeridad por parte del informador y sobre todo del medio. Ambos tienen que calibrar esta forma de transmitir la información», opina Elsa González.

«En muchas ocasiones, es necesario ir más allá de lo que sería prudente para conseguir una información, pero siempre hay que tener en cuenta que ninguna cobertura informativa, por muy impactante que sea, vale por una vida», explica Nemesio Rodríguez, videpresidente 1º para Asuntos Profesionales de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). Por su parte, fuentes de Mediaset España garantizan que este tipo de coberturas se hacen siempre con «sentido común y prudencia para no correr peligro. En ningún caso se trata de dar espectáculo».

A colación de esta práctica reporteril, extendida en EE.UU. donde cadenas como ABC o NSBC incluso han atado con cuerdas de seguridad a sus reporteros, la periodista Dori Toribio (corresponsal en Washington de Mediaset), compartió en twitter un artículo de «The New York Times» que se hacía eco de la polémica sobre reporteros atrapados en tormentas: «As Irma’s Winds Rise, So Does a Debate Over TV Storm Reporting». Precisamente el tweet de Toribio fue respondido por Almudena Ariza: «Algunos se pasan. Es cierto. Pero hay que ir donde están las historias. Cada vez hay menos reporteros de calle. Mucho periodismo de salón». La corresponsal de TVE volvería a tuitear sobre el debate de si es información o puro show: «Yo sigo creyendo en el periodista honesto. El que va al lugar de la noticia y cuenta lo que ve. Así de simple. Así de grande».

 

Una idea, la del reporterismo en pleno corazón de la noticia, que entronca con la de Atresmedia: «Somos los ojos y la voz de nuestros espectadores. Nuestra obligación es contar lo que ocurre desde el rigor y la veracidad y para ello nada mejor que ser testigos directos. Lo cómodo hubiera sido realizar la cobertura del huracán Irma con envíos de agencia». Elsa González, presidenta de la FAPE, comparte la osadía del periodista por transmitir su información desde el lugar de los hechos para así dotarla de mayor fiabilidad y credibilidad, «pero la línea ética entre espectáculo e información veraz es muy fina a veces».

González subraya varios elementos a tener en cuenta en este tipo de coberturas: la precaridad laboral, la competitividad excesiva, la figura del periodista freelance y la búsqueda de audiencia por parte de las televisiones. Según ella, la suma de estos elementos fuerza «situaciones de «abuso» que no son tolerables y deben ser comprendidas por la audiencia, la cual tiene que ser selectiva». «Para obtener audiencia, no vale todo», remata.

El meteorólogo Derek Van Dam en CNN
El meteorólogo Derek Van Dam en CNN– ABC