Introducción: Una pequeña aldea al sur de Francia es, desde 1858, el destino de unos inverosímiles viajes: hombres y mujeres con todo tipo de dolencias y enfermedades que, por sí mismos o llevados por otros, llegan en peregrinación a la conocida como Gruta de Lourdes. Estas peregrinaciones hoy se siguen haciendo, pero nunca antes se habían grabado… desde dentro. Hospitalarios: Las manos de la Virgen muestra una realidad asombrosa, en la que la belleza de la entrega irrumpe en la dureza de la vida golpeada por la enfermedad, para colmarla de dignidad, amor y visibilidad, como testimonio también de que, desde la enfermedad o la discapacidad, hay mucho que ofrecer al mundo.


Bilbao – MULTICINES
C/ José María de Escuza Kalea, 13-15
944 42 18 76

Vitoria – Cine Florida
C/ San Prudencio , 22-24


 

 

 

Enfermos de Lourdes

Jesús García Colomer, autor de los libros “Medjugorje” (sobre las apariciones marianas en la aldea de la ex Yugoslavia) y “¿Que hace una chica como tú en un sitio como éste?” (en torno a la vocación religiosa femenina), debuta como realizador en el campo del documental con un logrado trabajo que se centra en los voluntarios que acompañan y asisten a los enfermos que peregrinan cada año a Lourdes desde España. Aparecen imágenes que recogen a los protagonistas en acción, pero cobran importancia sobre todo los testimonios, tanto de éstos, como de las personas a las que asisten, sacerdotes y algún que otro familiar.

Se hace hincapié en la búsqueda de sentido para el sufrimiento en personas con parálisis cerebral y otras dolencias que les impiden valerse por sí mismos, y que en muchas ocasiones están a punto de sufrir graves depresiones antes de viajar a la localidad del sur de Francia, donde acaban recuperando la alegría. El realizador no pretende hablar de los milagros ocurridos allí y reconocidos por la Iglesia Católica, pues prefiere poner de manifiesto que la mayoría de peregrinos reciben un beneficio aún mayor, porque gracias a la experiencia aprenden a encarar su desgracia con optimismo, y con fe. Lo que se vive en el lugar también resulta beneficioso para los voluntarios, que según sus propias palabras se dan cuenta de la importancia de desprenderse de lo innecesario; pues en la sociedad occidental los ciudadanos sufren por problemas que resultan absurdos cuando se comparan con los de personas que deben afrontar terribles enfermedades, y sufren graves problemas de movilidad, entre otros hándicaps.

Introduce la cinta una voz en off, supuestamente de la propia Virgen, que establece un tono distendido. Se trata de una producción específicamente dirigida a los creyentes, a diferencia por ejemplo de los trabajos de Juanma Cotelo, quizás ir en la línea de este cineasta habría aumentado su público potencial. Por otro lado, algunas veces el autor del largometraje parece haber seleccionado declaraciones que se apartan un poco del camino que se supone que tiene que seguir. Por ejemplo, un matrimonio habla de que la relación con sus hijos discapacitados refuerza los vínculos entre ellos y da sentido a su unión conyugal, o una mujer africana narra su periplo (ambos casos darían para una película aparte). Da igual, pues el conjunto resulta emotivo, que realmente es lo difícil de conseguir en el cine, y da que pensar sobre la necesidad de huir del hedonismo predominante en la sociedad moderna.