Barbarroja (1965)

Por una medicina humana

El doctor Yamamoto es un joven arrogante, que no está muy contento de acudir a ejercer la medicina en un entorno rural. El carismático doctor Niide, apodado «Barbarroja» y director de la clínica donde va destinado, le va a enseñar un par de valiosas lecciones acerca de cómo tratar a los enfermos, viendo personas concretas en cada uno, con sus dramas íntimos e irremplazables.

Canto humanista a la profesión médica, cuya admiración ya plasmó Akira Kurosawa en El ángel ebrio. Ésta fue la última película rodada en blanco y negro por el maestro, y marcó además el final de su colaboración con el actor con el que más se le relaciona: Toshiro Mifune. Al parecer ambos tuvieron diferencias en el enfoque del doctor Niide, al que daba vida Mifune.