César debe morir (2012)

Por amor al arte

La cárcel de máxima seguridad Rebibbia, situada a las afueras de Roma. Fabio Cavalli dirige un taller de teatro con los presos allí encerrados, todos los años preparan a conciencia la representación de una obra de teatro en la que ponen toda su pasión, conservando cada cual en su italiano el deje del dialecto, pero acomodándolo a la posición social del personaje que toca encarnar. Convictos por asesinato o por asociación con el crimen organizado, encuentran en las tablas otro yo con el que se expresan y que podría, tal vez, ayudarles a redimirse.

Original e inspirado film de los hermanos Paolo Taviani y Vittorio Taviani, Oso de Oro en Berlín, César debe morir tiene el sabor de lo auténtico, y produce la emoción de quien vislumbra que unos hombres pueden transformarse por amor al arte, la educación de la sensibilidad puede afectar de modo decisivo a los espíritus, elevarlos a cotas desconocidas previamente por ellos. La obra que preparan, “Julio César” de William Shakespeare, permite en algunos momentos muy intensos el exorcismo de los personales demonios interiores, cambiando por ejemplo el texto para acomodarlo al estado anímico, que lleva a reprochar algo a otro interno actor. De este modo el arte y la vida se unen en singular maridaje, y las fronteras entre documental y ficción se desdibujan, se cambia la realidad, al menos parcialmente, a través del drama escrito 500 años atrás.

La fotografía en blanco y negro de César debe morir, muy contrastada, encierra una gran fuerza dramática, y sirve de eficaz contraste para las escenas de la representación definitiva, éstas rodadas en color. El montaje de la prueba de casting, que sirve para presentar a los personajes, las dobles lecturas de algunas escenas representadas, los ensayos, también personalmente cada uno por su cuenta en la celda, muestran a unas personas que han encontrado un camino diferente al que causó su encierro. Puede que no haya fórmulas mágicas que aseguren la rehabilitación, pero resulta innegable que algo les ocurre a los protagonistas de esta original cinta.

Lo vemos y al final lo escuchamos tras el triste regreso a la celda tras la actuación, manifestado por uno de los actores, magnífica forma de echar el telón a César debe morir, una eficaz mezcla de documental, teatro y drama sobre la vida misma, sobre la capacidad del espíritu humano para elevarse incluso en las situaciones más adversas.