La Reina (2006)

Su majestad, Mrs. Blair

1997. Recién proclamado vencedor de las elecciones, Tony Blair debe entrevistarse con la reina Isabel II, para que ésta, según el protocolo, le pida que acepte el cargo de primer ministro. Poco después, una noticia provoca una auténtica conmoción en Gran Bretaña y el resto del mundo: Diana Spencer, la popular Lady Di, divorciada desde 1994 de Carlos, príncipe de Gales, fallece en accidente automovilístico en París, cuando huía de los paparazzi con su pareja, el millonario de origen egipcio Dodi Al Fayed. A la reina le cuesta ocultar que no sentía ningún cariño por su ex nuera, y se niega a que la familia real guarde luto. Esto la aleja del pueblo, que siente devoción por la fallecida. Tony Blair se da cuenta de que la cabezonería de Su Majestad podría ocasionar una crisis en la monarquía británica, e intenta interceder para que dé marcha atrás.

El todoterreno director de Las amistades peligrosas Alta fidelidad sale airoso de un arriesgado proyecto. Con la perspectiva del tiempo, parece relativamente sencillo reconstruir las relaciones entre personajes históricos, como Enrique VIII y Tomás Moro, como ocurría en Un hombre para la eternidad, o Miguel Ángel y el Papa Julio II, en El tormento y el éxtasis. Pero es mucho más difícil describir los encuentros y desencuentros entre una reina de Inglaterra viva y un primer ministro en activo, centrándose en acontecimientos muy recientes, con numerosos aspectos que probablemente no son de dominio público.

Los guionistas, decoradores, actores y el propio Frears han llevado a cabo un complejo proceso de documentación, que propicia una ambientación creíble, y conversaciones perfectamente verosímiles, con secuencias muy difíciles, como la reacción del príncipe Carlos al conocer la noticia, o las conversaciones de alcoba de la reina con su marido. Dios salve a Helen Mirren, que encarna a Isabel II, poco después de haber interpretado a Isabel I, en una prestigiosa serie producida por BBC. Su trabajo es tan excepcional, que los espectadores no sienten delante a la protagonista de En el nombre del hijo, o La locura del rey Jorge, donde interpretaba a otra reina, sino a la auténtica reina de Inglaterra. Le secundan grandes actores, como Michael Sheen, que compone un Tony Blair propenso al humor, y reacio a relacionarse con la realeza al principio, que acaba sintiendo fascinación por la monarca.