El experto advierte al colectivo de educadores sobre la necesidad de que se formen en redes sociales

 

Jordi Busquet Duran (Terrassa, 1962) es Doctor en Sociología y licenciado en Ciencias Económicas. Profesor titular y responsable de la Red de investigación CONinCOM (Conflicto, infancia y comunicación) de la Facultat de Comunicació Blanquerna, de la Universitat Ramon Llull.

 

Ha dirigido o participado en diversos proyectos de investigación en el campo de la cultura y la comunicación a nivel catalán, español, y europeo. El grupo de investigación que dirige presentó recientemente las conclusiones de la investigación nacional sobre brecha digital que han realizado.

 

 

La primera conclusión de su estudio es que no existe una sola brecha digital. ¿Cuántas brechas existen?

La brecha digital generacional tiene múltiples dimensiones y tiene un carácter móvil, en el espacio y el tiempo. Pero podemos hablar de dos grandes brechas: la del acceso y la del tipo de uso. La del acceso se da entre aquellos que tienen acceso a las TIC y entre quienes no lo tienen. Esta brecha se puede ir reduciendo mediante inversiones y apostando por la tecnología. La segunda brecha, la del tipo de uso, es mucho más complicada de superar, ya que requiere educación y formación.

¿Los menores y los adultos hacen un uso diferentes de las TIC?

Sí. Piensan diferente respecto al mismo dispositivo. Por ejemplo, los padres que compran un móvil al niño. Ellos piensan en el móvil como un medio para estar en contacto. Piensas que gracias al móvil el niño podrá llamar a sus padres cuando tenga alguna emergencia y ellos podrán controlar sus movimientos, saber dónde está, etc. El niño, en cambio, ve una cámara de fotos, una máquina para jugar, un terminal con acceso a internet donde relacionarse… ven cosas diferentes en el mismo objeto y, por supuesto, le dan diferente uso.

¿Cómo se supera ese problema?

No es fácil, porque estamos hablando de dos puntos de vista diferentes, de dos modos diferentes de acceder a una nueva cultura. Otro ejemplo, para los nativos digitales, no existe una realidad “normal” y otra realidad “digital”. Todo forma parte de su experiencia vital. Para los adultos existen dos mundos bien diferenciados entre lo que hacen en las redes sociales y lo que hacen fuera de ellas.

¿Los jóvenes no distinguen entre la realidad y la realidad virtual?

Sí, perfectamente. Lo que no hacen es tratar esos dos mundos como diferentes. Para ellos, su cotidianidad está formada por lo que hacen en la red y lo que hacen fuera de ella. Han fundido esas dos dimensiones de la realidad se para desconcierto de los adultos, que no siempre saben cómo acompañarles en este camino.

¿Los riesgos aparecen al tener que aprender solos ese camino?

Sí. Ése es uno de los mayores problemas de este tipo de brecha digital. Los chavales no son conscientes de los riesgos. No distinguen bien entre lo público y lo íntimo, y los padres deberían estar con ellos en ese proceso de aprendizaje, pero, por lo general, no están. A los niños les falta vigilancia.

Pero si un padre no sabe usar las TIC… ¿cómo puede acompañarle en ese proceso de madurez en la red?

Es complicado, porque se invierten los procesos educativos. Lo normal es que los adultos enseñen a sus hijos. Pero en el uso de las TIC, muchas veces son los hijos los que se convierten en profesores de sus padres en lo tecnológico, pero eso no quiere decir que los padres no puedan imponer los límites necesarios y educarles en las buenas prácticas. Ha de darse un proceso de aprendizaje conjunto. Los niños enseñarán habilidades y los padres, valores. Compartir ese aprendizaje es un excelente método para superar brechas.

Una de las conclusiones de su estudio es que los nativos digitales perdonan a sus padres el desconocimiento de las TIC, pero son muy críticos con la incompetencia de sus profesores.

Sí y son estrictos en este sentido. Ya comenté antes que los menores ven las redes sociales y las TIC como parte de su realidad diaria. Y, por tanto, quieren que en la Escuela se tenga en cuenta esa parte de su vida. Muchos maestros son reacios a ello y creo que es un grave error, porque eso está provocando que los alumnos no tengan respeto por el profesor. Un profesor que no quiere acceder al mundo actual de los alumnos, que no puede enseñarles nada de ese mundo, está deslegitimado a sus ojos. Por el contrario, los alumnos valoran mucho al profesor que es capaz de enseñarles a moverse en las redes sociales, por ejemplo.

El proceso de pérdida de autoridad de los profesores de los últimos años tiene mucho que ver con esta situación. Un profesor reacio a trabajar con las TIC está perdiendo autoridad respecto a sus alumnos. Para los jóvenes es frustrante que un profesor les enseñe a utilizar el ratón, por ejemplo. Eso ya lo saben. Es muy importante que los maestros se formen y que enseñen lo que los alumnos necesitan saber de las TIC, en especial de todo lo referente a redes sociales. A veces pensamos que las redes sociales es básicamente diversión, pero es el mundo actual y ellos demandan formación.

Más información: para acceder a las conclusiones completas del estudio puedes hacerlo en el siguiente enlace, poniendo en el buscador del sitio los términos “conclusiones + brecha digital”.

Red de investigación CONinCOM (Conflicto, infancia y comunicación) de la Facultat de Comunicació Blanquerna

Universitat Ramon Llull.

 

Fuente: www.chaval.es