Foro de la Nueva Comunicación con José Luis Colás

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MADRID, 30 de noviembre. La Agrupación de Telespectadores y Radioyentes (ATR) defendió hoy que el Código de Autorregulación sobre Contenidos Televisivos e Infancia se incorpore a la Ley General de la Comunicación Audiovisual, para que las cadenas se tomen «en serio» su cumplimiento.

Durante una conferencia en el Foro de la Nueva Comunicación, organizado por Nueva Economía Fórum, el presidente de la ATR, José Luis Colás, denunció que las televisiones se pasan actualmente “por el forro” este código que firmaron en 2004, promovido por el Gobierno y que es conocido porque fija una franja reforzada de protección infantil entre cinco y ocho de la tarde, de lunes a viernes.

La ATR tiene registrada una media de seis incumplimientos diarios por cadena por emisión de contenidos inapropiados para menores en ese horario “superprotegido”, lo que supone una infracción del código cada media hora de emisión.

Para Colás, el motivo de que los operadores pasen de su propio código de autorregulación es que, por ejemplo, en 2008 sólo se incoaron contra ellos 26 procedimientos sancionadores, la mayoría por exceso de publicidad y sólo dos por vulneración de la protección de menores.

Otra razón es el magro castigo económico que reciben. El volumen total de las sanciones que impuso el Ministerio de Industria el año pasado sólo llegó a los 300.000 euros. “Es decir, cada incumplimiento de protección de la infancia en horario superprotegido no le cuesta a una cadena más allá de 25 euros, lo que es poco disuasorio”, señaló Colás.

SELLO DE CALIDAD

La agrupación de telespectadores dice que todas las cadenas incumplen, “las públicas menos que las privadas”, y una buena manera de acabar con esta situación sería que el código se incorporara como “anexo” a la Ley General de la Comunicación Audiovisual, que la ATR cree una buena norma, con sanciones que llegarán hasta el millón de euros para las cadenas.

También opina que sería bueno que se diera a los programas que se emiten en horario reforzado una especie de “sello de calidad” que avalara su acceso idóneo para la infancia y la juventud.

Respecto a la TDT, la ATR cree que la fragmentación de las audiencias puede suponer menos recursos para contenidos y eso entrañar una merma en la calidad de lo que ven los menores.

A la desaparición de la publicidad en TVE a partir del 1 de enero también le ve riesgos. “Si hay menos fondos para invertir, puede haber menos calidad en la programación de la televisión pública”, manifestó Colás, quien, sin embargo, pidió que si el apagón de anuncios funciona en TVE se extienda también a las cadenas autonómicas.