Morticia y Gómez no llevan nada bien que sus hijos estén creciendo, saltándose las cenas familiares a la menor ocasión y dejándose consumir por sus propios intereses adolescentes. Para volver a conectar como antes, deciden meter a Miércoles, Pugsley, Tío Fétido y al resto en su autocaravana, y lanzarse a la carretera para un último y terrorífico viaje en familia. Esta aventura cruzando Estados Unidos sacará a los Addams de su entorno y les hará afrontar desternillantes momentos con su emblemático primo Eso y con nuevos y peculiares personajes. ¿Qué podría salir mal?

Crítica La familia Addams 2: La gran escapada (2021)

por Juan Luis Sánchez de DECINE21

Intercambiada al nacer

Intercambiada al nacer

Miércoles Addams se siente frustrada. Ha participado en la feria de ciencias de la escuela con un impresionante experimento, que permite transferir durante un instante la mente de un pulpo a su tío Fétido. Aunque ya se daba por ganadora, la organización llega a la conclusión de que resulta políticamente incorrecto conceder el primer premio, así que otorga a todos los participantes un diploma de participación, para que nadie se considere perdedor y sufra un trauma. Mientras tanto, sus progenitores, Gómez y Morticia Addams, han preparado unas vacaciones en autocaravana por todo el territorio estadounidense, pero antes de partir se acerca a ellos un abogado que argumenta que Miércoles no es hija suya, pues hubo un intercambio de bebés involuntario en la planta de maternidad del hospital.

 

Repiten como realizadores los de la primera parte, Greg Tiernan y Conrad Vernon, a los que se suma Laura Brousseau, que en aquélla se ocupaba de los efectos visuales. Consiguen una animación muy dinámica, y personajes atractivos, que recuerdan mucho a los de las viñetas originales. Están muy bien aprovechadas muchas secuencias, llenas de gags, como un número musical donde Lurch, mayordomo del clan monstruoso, interpreta al piano “I Will Survive” en un bar de carretera lleno de moteros duros, o todas en las que los protagonistas visitan lugares emblemáticos para ellos, como Sleepy Hollow o el Valle de la Muerte de California.

Aunque sólo persigue (y logra) un rato de diversión, habla sobre la crisis de la adolescencia, cuando se cuestiona todo, sobre todo a la propia familia, aunque se acaba reconociendo su valor. Recuerda que las relaciones familiares no dependen sólo de los lazos biológicos, pues tienen también importancia la preocupación y el cariño, o sea, esforzarse. Y también que los miembros del clan pueden no ser perfectos, pero esto se puede superar con un poco de comprensión.