Will Shaw viaja hasta España para reencontrarse con su familia y pasar junto a ellos una semana de vacaciones en las costas del mediterráneo. Sin embargo, su estancia no tendrá nada de apacible desde el momento en que su madre y su hermano son secuestrados. Este inesperado suceso lo llevará hasta Madrid, donde destapará sorprendentes secretos de su familia y se verá involucrado en un conflicto de dimensiones internacionales.

 

 

 

 

 

Director: Mabrouk El Mechri

Intérpretes: Henry Cavill, Bruce Willis, Sigourney Weaver, Joseph Mawle, Caroline Goodall, Verónica Echegui, Jim Piddock, Óscar Jaenada

Guión: Scott Wiper, John Petro, Richard Price

Duración: 93′

Género: Thriller | Acción

Estreno DVD: 05/09/2012

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 3

Amor: 0

Violencia: 2

Sexo: 0

Crítica:

El joven director de origen franco-tunecino Mabrouk El Mechri se dio a conocer al convertir a Jean-Claude Van Damme en un personaje de culto en la sorprendente y satírica JCVD, en la que el actor belga se interpretaba a sí mismo con un atrevido sentido autoparódico. La fría luz del día supone su salto a un cine de ambiciones puramente comerciales que, sin embargo, requiere de un mayor oficio que el que es capaz de demostrar en este prescindible producto al que le cuesta trabajo hacerse tomar en serio.

Igual que hiciesen, en su momento, la factoría Bourne y, más recientemente, películas como Venganza, The tourist o Sin identidad, El Mechri vuelve a ambientar las constantes del thriller americano en una Europa a la que no siempre le sienta bien verse convertida en escenario de la disparatada acción hollywoodiense. En este caso, un inédito y aleatorio mapa de Madrid sirve de marco para que Henry Cavill juegue con pistolas luciendo con descaro una camiseta con publicidad de una de las discotecas de la capital, a la vez que el director recuerda al público lo avanzada que está España a base de clichés (policías jugando a cartas en comisaría y persecuciones a caballo incluidas).

Bruce Willis y Sigourney Weaver se prestan a ser utilizados como reclamo comercial y se dejan llevar por los giros mediocres e infantiles que propone el film, y por una acción mal rodada, artificial y pésimamente iluminada en los abundantes planos nocturnos de una cinta que en ningún momento justifica el precio de una entrada ni el tiempo invertido por el espectador.


Fuente: Juan Xipell ( www.taconline.net)