The Mitchells vs. the Machines

 

 

Sinopsis oficial

Los Mitchell, una familia corriente, se enfrentan al mayor reto de su historia: ¡salvar al mundo del apocalipsis robótico! Pinta fácil, ¿verdad? Todo empieza cuando Katie Mitchel, una chica marginada muy creativa, es aceptada en la facultad de Cine de sus sueños, donde espera conocer por fin a «su gente». Su padre, un amante de la naturaleza, insiste en que toda la familia la acompañe a la universidad para estrechar lazos en un último viaje por carretera nada incómodo ni impuesto. Pero, justo cuando el trayecto no podía empeorar más, la familia se da de narices con una revuelta robótica. La tecnología, desde smartphones y robots de limpieza hasta peluches malvados, se confabula para atrapar a todos los humanos del planeta.

Crítica

Dos apocalipsis por el precio de uno

Dos apocalipsis por el precio de uno

Simpática y alocada película familiar, que supone el debut en el largometraje de sus dos directores Michael Rianda y Jeff Rowe, y que cuenta con un buen par de padrinos, Phil Lord y Christopher Miller, que están detrás de títulos en una línea no muy distinta, Lluvia de albóndigas La Lego película. Combina una línea narrativa sobre la necesidad de reforzar los lazos familiares de padres e hijos, que pueden resentirse cuando los segundos crecen, con otra de tipo apocalíptico a lo Terminator, en que las máquinas se rebelan contra la humanidad poniendo al mundo en peligro. Es una de las colaboraciones pactadas entre Netflix y Sony, y tiene una simpática broma animada inicial, con la dama de la antorcha de Columbia.

 

 

Katie cuenta los días que faltan para abandonar su hogar y estudiar cine en una universidad de postín, piensa que ha nacido para ello, y de hecho ha grabado muchas películas caseras que cuelga en internet, donde tienen repercusión. Sin embargo su padre Rick tiene aversión a las nuevas tecnologías, le interesa más lo que puede hacer con sus propias manos, y no aprecia el talento de su hija, incluso piensa que la chica debería tener un plan B por si sueño cinematográfico no se cumple. De modo que la relación entre ambos sufre, un pequeño apocalipsis, pese a la atención de la madre Linda, la simpatía del hermano pequeño Aaron, amante de los dinosaurios, y una de las alegrías de la casa, el perro Monchi, estrella de muchas de las películas de Katie. Para tratar de dar una vuelta a la situación, Rick decide que toda la familia viaje con Katie en automóvil, acompañándola en el inicio de su nueva etapa. Lo que aún exaspera más a la chica, que por culpa del plan va a llegar tarde. El drama familiar coincide con la puesta en marcha de un nuevo teléfono móvil robótico de la compañía PAL, que va a sustituir a un asistente que el CEO Mark Bowman considera ya obsoleto. No puede imaginar que el asistente PAL va a liderar la rebelión de los nuevos nuevos dispositivos robots, el gran apocalipsis.

Hay que reconocer que la trama resulta ingeniosa, y que lo que parece una mezcla de agua y aceite funciona. La parte dramática tiene momentos para reír y para llorar, con una emotividad que al abordar el tema del comienzo de la universidad y de los niños que dejan de serlo, recuerda lejanamente a Toy Story 3. Sirve para plantear la comunicación intrafamiliar, y en la necesidad de aceptar a cada miembro del clan como es, animándole en su desarrollo personal, y valorando el amor y el espíritu de sacrificio. Y la apocalíptica sirve para servir muchas y dinámicas escenas de acción. Pero una y otra están atravesadas por un espíritu travieso y loco, con una buena animación que recurre a elementos gráficos propios del tebeo, también a esbozos y collages, y hasta letreros, todo vale si sirve a la historia. Y siempre buscando el equilibrio narrativo y de moralejas, aunque también haciendo broma de otra familia “perfecta” con su espíritu zen y el recurso al yoga. Porque las tecnologías están bien, pero no hay que abusar de ellas, y ojo a las malas prácticas en Silicon Valley y aledaños; además, saber manejar un destornillador te puede salvar la vida. Está bien buscar la independencia, pero nunca olvides que en tu familia siempre encontrarás a tus mejores amigos.

 

 

El film está atravesado de muchas bromas, me encanta cómo se neutraliza al “villano”, y se homenajea a 2001, una odisea del espacio incluso con los nombres, PAL contra Bowman, a qué me suena esto. Quizá se hace algo largo en sus pasajes de acción, pero el conjunto es altamente satisfactorio.