Es el remake de una serie de animación de los 50. Aunque se ha modernizado en algunos aspectos, mantiene su esencia, por lo que gustará tanto a mayores como pequeños.

Cada día, Mr. Magoo tiene la ilusión de hacer algo emocionante y productivo. Pero hay un problema: a causa de su fuerte miopía confunde los objetos. Por supuesto, él nunca se da cuenta y sigue feliz, buscando oportunidades a las que dedicar su tiempo y, como consecuencia, causando desastres en la ciudad.

Mr. Magoo se retransmitió por primera vez en televisión en la década de los 50. Años más tarde, una colaboración entre América y Francia vuelve a situar las aventuras del conocido anciano entre la programación infantil.

Su imagen a muchos nos resulta familiar. Mr. Magoo es el miope y cabezudo dueño del perro Mr. Cat.

En su momento, se convirtió en la personificiación de la crítica social y, acompañado de su madre y su sobrino, protagonizaba historias verdaderamente cómicas.

Tiene un gran corazón y su único propósito en la vida es colaborar con sus vecinos. Es allí donde se encuentra el problema: a causa de su miopía, confunde los objetos y, en vez de ayudar, suele complicar más las situaciones.

En la nueva versión, este planteamiento general de la trama se conserva, pero incorpora algunos cambios para adaptarla al momento actual.

Los rasgos que identifican físicamente a Mr. Magoo siguen siendo los mismos, aunque el dibujo general se ha actualizado. Ahora es más detallado, más moderno, con trazos más finos y un color menos saturado.

Por otro lado, sus antiguos compañeros han desparecido para dar cabida a un nuevo antagonista: Fizz. Se trata de un hámster obsesionado con ser famoso, pero con tan mala suerte que sus planes siempre se desmoronan por las meteduras de pata del abuelo.

Sorprende que un protagonista tan atípico se haya ganado un espacio entre las propuestas infantiles, y es que tiene el encanto de unir alrededor de la pantalla a distintas generaciones de una misma familia y hacerlas disfrutar por igual.